lunes, 17 de enero de 2022

DE LA COMIDA DEL JUEVES 13 DE ENERO DE 2022.

 

Escribe Gaspar Blein

 

Con las recientes Navidades ya en la vitrina de los recuerdos, las comidas presenciales estrenaron el año 2022 (Dios quiera que venturoso) en el habitual Club Mirasierra con un día notablemente frío que intentaba ser soleado.

En el salón grande para nosotros solos, los 11 asistentes nos ubicamos allí donde nos gusta, junto al gran ventanal, que al no estar cerrado del todo permitía la entrada de un relente que, ya avanzada la tarde, llegó a ser casi venenoso y a punto estuvo de dar un serio disgusto a Josemari, a “las Altas Esferas” y alguno más, si no es porque al sentir el frío, José Luís lo cerró enérgicamente con la decisión que le caracteriza.

Esta vez, al estar todos sentados, (A. Oriol y Eduardo llegaron sigilosamente cuando íbamos a empezar a comer), en torno a una única mesa redonda, la participación fue general en la mayoría de las conversaciones, jugosas todas ellas como de costumbre. La restauración bien como viene siendo habitual, complementándose los postres con el delicioso chocolate suizo que había anunciado Gurri y una botella de orujo blanco que agotaba las reservas de la bodega de quien suscribe.

En determinado momento se hizo presente entre nosotros la figura de El Califa Luís Fernando Suárez de Lezo, de quien recordamos el orgullo con que hacía honor a sus apellidos, así como a su querida Córdoba, y por tanto a sus ilustres antepasados. Tampoco podía faltar el interés de todos los presentes por el estado de salud de Livinio. Prudente satisfacción, toda vez que ha empezado a mejorar alejándose paulatinamente de la gravedad inicial, con la certeza de que las oraciones de todos los que le queremos van dando sus frutos. Hicimos votos para que pronto se reincorpore a estos saraos.

Y hablando de Livi, Javier recordó los pintorescos avatares de su paso por la “mili”. Josemari, Diego, José Luís y alguno más se remontaron a las primitivas comidas en el restaurante “Manolo”, germen de las actuales. Antonio disfrutó con las anécdotas compartidas de la milicia aérea en Burgos relatadas con el gracejo de Josemari. Gurri confesó humildemente, ante el asombro de Pedro el Joven, su vecino ocasional de silla, como su inocencia estuvo a un tris de hacerle sucumbir a un moderno “toco mocho” informático. Le salvaron la prisa por tenerse que ir a no se donde y un amigo bancario que le quitó la venda de ingenuidad

Casi todos reconocimos las convincentes dotes de mando de nuestras respectivas santas, amenizadas con contundentes casos verídicos que dejaron muy clarita la inapelable certeza de que la autoridad es la autoridad….. y no hay más que hablar. Eduardo sonrió con cierta suficiencia recordando su proverbial sabiduría cuando nos hizo ver que todas eran la misma.

La conversación siguió fluyendo con naturalidad; que si los bancos se humanizan cuando se menciona al gran patriarca que es el Banco de España, que si el interior de la sede de éste impacta por su majestuosidad y cosas así. Nuestro gran recaudador nos dejó unas pinceladas de su saber y experiencia sobre el valor, o no, de las colecciones numismáticas y filatélicas, además de sus escarceos en el mundo de la tecnología que rodea a la medicina rural, lo que propició un cierto debate sobre los problemas de la atención sanitaria en quien vive fuera de las ciudades. Santiago nos advirtió de su casi segura ausencia de la cita del mes de febrero, Indonesia no perdona

Lástima las notables ausencias, todas debidamente justificadas, entre ellas la del Custodio, celebrado autor habitual de estas crónicas. Esta circunstancia ha propiciado que algún joven conmilitón rechazase sorprendentemente el alto honor de redactar estas líneas al verse asaltado, casi con toda seguridad, por un repentino ataque de temor paralizante, temor por otra parte más propio de hombres sumidos en la ancianidad que de vigorosos jóvenes, pero en fin que le vamos a hacer….. Esa es la razón por la que os habréis visto obligados a soportar estoicamente la conocida torpeza, con la pluma en la mano, de quien está dando cuenta de lo acontecido en la grata comida de este frío día invernal.

Y así hablando y hablando de estas cosas y otras más que no sería prudente reflejar aquí, la tenue oscuridad del ocaso nos recordó que era el momento de poner fin a tan agradable velada.

P.A. GASPI. Imaginaria accidental del Custodio

que es también el autor de casi todas las fotografías, incluidas las de la “comida virtual”, (se siguen celebrando todos los jueves, ahora en el zoom de Ramiro) , que ilustran esta crónica.






























 

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