viernes, 10 de enero de 2020

DE LA COMIDA DEL JUEVES 9 DE ENERO DE 2020






La primera comida del año 2020 se antojaba interesante: en el WhatsApp Josemari desvelaba secretos del corazón, Santiago animaba a los inversores tristes y Gaspar hacía gala de conocer secretos; para colmo salvo algunos ausentes, acosados por aunque leves, desagradables goteras, la concurrencia se avisaba del todo completa.

 
Y sí, en un precioso día con luz de claro invierno, diecinueve comensales, no se publica la lista porque las muchas fotografías oficiales lo harían redundante, en una mesa amplia, sin decir nadie nada, muy pronto tuvimos conciencia de que el nuevo año ha llegado con cambios: un camarero “milagro”, que sin escribir palabra, tomó una extraña comanda: 13 ensaladas primero y 13 pescados después,  tan solo 4 cocidos completos y 3 que pidieron cosas raras…y lo asombroso es que, servido el aguardiente, hubo alguien que lo tomó con vino, a increíble velocidad, apareció delante de cada comensal exactamente el plato que había pedido.  ¡Sí, existen los milagros y hoy  lo hemos comprobado!

Desde el comienzo todo hacía ver que lo esperado estaba a punto de producirse: alguien, quizá Gaspar, que hoy estaba como muy subido, nada más llegar la sopa, alzó la voz y, para que nadie se llamase a error, aclaró las cosas: en esta nuestra comida ya sabemos que no se puede hablar de nietos, de  política o de religión, pero sí está permitido, por una parte  hablar de pícaros, parásitos, trúhanes, sinvergüenzas, golfos, pillos, bribones, granujas, bellacos,  canallas, depravados, malvados, pérfidos, perversos, rufianes, ruines, tramposos, hipócritas, fulleros, indeseables, marrulleros, zorros, nenazas u otros especímenes de similar carácter  o, por mejor decir, catadura; también está permitido hablar de niños guapos y listos que tienen abuelos y de santos y santas que, siendo de la familia, llevan años por el mundo sacrificando sus vidas para salvar almas

Por supuesto quien dijo esto fue más o menos aplaudido y, con el aplauso aún encendido,  Pedro, ese al que  los 74 años su elegancia realza, sentado en la cabecera de la gran mesa, para evitar males mayores, anunciados en el WhatsApp y venidos de la mano de Josemari, sacándose del bolsillo un papel,  habló largo y  sin hacer pausas:

Nuestro amigo Mazarrasa
Con una miaja de guasa
sitúa a Pedro Noelle
en evento deslumbrante,
pues mi nombre apareció
recogido por Josemi
en crónica de gran fiesta
con gentes de buena casa.
Más hete aquí conmilitones
que sin querer nuestro amigo
gran verdad ha difundido
pues allí estaba yo
con mi querida Marisa,
nuestro hijo Pablo y una espléndida aspirante.
Y con estos pseudo versos
sin rima ni estructura
doy por aclarada
la guasa de Mazarrasa.

Pues claro que sí, que el Josemi con sus virtudes que son muchas, por algo tiene primos en esta mesa, y sus defectos que alguno tiene, él no es de esta mesa, siempre que se refiere a Pedro lo hace finamente, Marisa y Pedro Noelle, los Señores de Noelle, el muy elegante, Ilustrísimo don Pedro Noelle… 

Todo bien, realmente bien, tanto que una oleada de orgullo, por tener entre nosotros a un compañero afamado, lleno el comedor y estuvo a punto de arrasar con todo; pero no, hubo una voz discordante. Gurri  reivindicando poderío, sacó del cajón de los recuerdos olvidados sus fotografías, con más o menos veinte años, muy, pero que muy guapo, a todo color y en las páginas centrales, en Hola, cuando fue el alma y motor del Paso del Ecuador en la carrera…La verdad es que Gurri consiguió, por  un momento, algo de éxito, pero enseguida se lo llevó el viento de los años, alguien, quizá el propio Gurri, recordó, que desde entonces han pasado cincuenta y cinco años, y que lo de Pedro, lo de Pedro, es eso, Pedro.

Estaba el Custodio saboreando las palabras de Gurri cuando, a su izquierda, puesto en pie, en voz muy alta, sin prolegómenos,  como suele, Gaspar se hizo con el silencio y lanzó al aire estas muchas palabras:

El “sónar” y los camellos
Como viene siendo habitual desde antaño, los Reyes Magos, el Rey Gaspar concretamente, suele encontrar un hueco en su apretada agenda para saludar a este humilde Conmilitón. En esta ocasión ha optado por mandarme una carta cuyo contenido es del siguiente tenor literal:
“Querido ancestral amigo y tocayo:
Al parecer, para bien de nuestra labor en estas fechas, ya no rige los “desatinos” de la acogedora Villa de Madrid aquella extravagante anciana y sus mal encarados jumentos. Empeñados, tercamente, en arruinar nuestro esperado reparto de regalos.
No obstante, este año ha sido, cuando menos, sorprendente. Verás, al paso de la comitiva por la plaza presidida por un tal Neptuno (debe tener mucho calor y hambre pues está medio desnudo y con un tenedor en la mano), los “sónar” de última generación que últimamente traen “de serie” los camellos, casi se han desconfigurado por el estruendo que recibían de un edificio cercano al que dan escolta dos majestuosos leones. Algo grave debía estar ocurriendo allí porque las pantallas reflejaban mucho rebuzno con ruido de coces y hasta nosotros llegaba un tufo a gorrino que asustaba. Pero sigamos. 
El caso es que al desembalar los bultos con los regalos nos ha sorprendido la naturaleza de su contenido. En seguida nos hemos preguntado ¿se habrán portado mal?.... porque casi todo lo que había empaquetado era cabrón, mucho cabrón, más bien algo así como un gran cabronazo rodeado de multitud de cabroncillos algo más pequeños, que no pintan nada, pero que todo lo ensucian. ¡Qué le vamos a hacer!
En cualquier caso, nos hemos visto obligados a dejároslos con gran pesar por nuestra parte.
Por otra parte, nos ha sorprendido además, que si bien, para reponer fuerzas, hace años nos dejaban unas bandejas con ricas viandas muy apreciadas en España como el “melón con jamón y otras cosas. Esta vez lo que habían traído, procedente del edificio escoltado por los leones, era “felón con chorizo” sí, sí, felón, felón con muuuucho chorizo y abundancia de feas butifarras; con muy mal aspecto, mucho pellejo y oliendo a podre. ¡Qué lástima!
En fin no se si es que vuestro comportamiento ha dejado bastante que desear, si los planetas se han alineado de forma anómala o si es que en un descuido se os ha colado algún maleante disfrazado de lagarterana y se ha hecho dueño temporal del cotarro.
Esperemos que el año que viene, con la ayuda Divina y con eso que a todos los españoles de bien no os falta, o sea almohadones……. No. Cojines……. Bueno como se diga, vuestro comportamiento mejore y en lugar de tanto cabrón os traigamos paz y prosperidad.
Ah! y por favor, el felón y los chorizos cuanto antes al vertedero porque están llenos de gusanos.
Desde la comitiva un abrazo mágico de tu anciano amigo y hasta dentro de un año si Dios quiere.
El R. Mago GASPAR”
Pues nada, otra noche de Reyes peculiar. Entre otras cosas, porque la sorpresa del roscón, aunque se veía venir, era una dolorosa patada en los “almohadones”. Y ahora a reponerse.
EL GASPI
En Madrid, a 9 de enero de 2019

Tan anonadados quedaron los conmilitones con las palabras de Gaspar que en el comedor se hizo un silencio que duró un segundo pero que pareció eterno antes de que se escuchase la voz  de Lorenzo que, luego de mil viajes, ha vuelto afirmando que, gracias a Dios, las mujeres y los hombres no somos iguales (¿alguno de vosotros quiere dejar de dormir con su mujer y meter en su cama a un novio?); se hiciese notar Fernando, hablando fuerte y ya repuesto; Santi, dolorido pero aquí presente; Diego recordase la operación de Luis Fernando, que volverá en febrero con los ojos repuestos; Antonio asegurase que no se olvida y que  sigue preparando la comida en la dehesa salmantina de Mariano; otros preguntan por qué  Livinio ha vuelto a no venir, si Javier  volverá pronto de Vigo o si el otro Javier este año se subirá en el AVE y desde Zaragoza vendrá a comer en Madrid…Ah, el Custodio casi lo olvida, Pedro, el tesorero sigue y sigue subiéndose en las tarimas de por ahí hablando de cosas raras y también de algunas otras  muy normales;  dentro de bien poco aparecerá un nuevo libro, muy, pero que muy serio, sobre las Crisis y todo eso, que publicará José Luis SFV, sí, ese que, además de ver el futbol, viaja todo y sigue activo.  Bueno, todo, como siempre, muy normal.

Otra mención especial merece el valor de Lorenzo que,  aprovechando un momento de casi silencio, en tono apremiante, de pie y levantando la mano, preguntó cuántos de los presentes usaban aparatos para mejorar esa presbicia auditiva que, al parecer, es normal en personas de cierta  edad…Y, lo asombroso del caso es que fueron  “muchos”, los que llevan audífonos; es imposible escribir el número exacto porque el Custodio  que  todavía sabe contar hasta tres, enseguida perdió la cuenta.

Para terminar, el Custodio está muy cansado ya, decir que Gurri ha subido un escalón en la consideración de los conmilitones, y no ya porque su fotografía se guarde en las hemerotecas, sino porque este mes ha traído no ya chocolate suizo sino que ha repartido a cada uno, raciones individuales envueltas en un precioso e increíble papel…

Ah, al final hubo una partida de mús en la que habiendo poco que decir, José Luis sacó de sus recuerdos y usó para chinchar a todos los demás, una preciosa canción que todos conocíamos y que en su tiempo solo cantaban  cantaban las niñas. Y este Custodio, que ha intentado por los todos los medios recordar la canción para compartirla con los conmilitones,  ni con la ayuda de quienes la escucharon ni la del propio  José Luis, lo ha conseguido…acaso, es posible que quizá, en la comida de febrero, con el esfuerzo de todos, no solo recordemos la canción sino que hasta la podamos cantar.

Nota:

Las fotografías, como siempre, son de Gaspar
















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