Repentinamente todo son prisas,
alguien avisa que sacar entradas es obligatorio y también muy necesario hacer
la visita guiada. José Luis saca las entradas que hay que pagar porque ninguno
de nosotros tiene el derecho de acceso gratuito que otorga disponer de un
carnet de desempleado; una señorita amable nos entrega y muestra el
funcionamiento de un aparato que se coloca en una oreja y luego nos servirá para
escuchar al guía en este lugar que es apasionante historia viva de lo que
fue Castilla y es España.
En el Monasterio de las
Huelgas Reales todo es interesante y está en gran medida recogido en
libros ilustrados e Internet; sin embargo hoy, en esta nuestra visita hemos
tenido la fortuna de pasear el Monasterio de un modo diferente, con la compañía
de un Guía Muy Especial: de estatura media, el rostro limpio muy bien
afeitado, poco pelo muy bien peinado, un brillante por pendiente, un
abrigo hasta casi los pies, zapatos negros bien limpios, conocedor de la
historia, enamorado de su oficio, verbo fácil y muy hombre sin llegar a
femenino; una gran suerte escuchar a este Guía al monasterio que alberga el
sepulcro del rey Alfonso VIII de Castilla, el de la gran Batalla de las
Navas de Tolosa y de Doña Leonor Plantagenet, esa reina de Castilla que fue
hija de la muy tremenda Leonor de Aquitania y hermana de Ricardo Corazón
de León (para los que no lo sepan o lo hayan olvidado, recuerdo que este “santo
y cruzado” “rey inglés” en la realidad fue un energúmeno que nunca supo hablar
inglés…
La Iglesia es espectacular y
sorprendente, este Custodio no lo había visto nunca o no lo recuerda: tiene
tres naves alargadas, más la nave del crucero, separada del resto de la iglesia
por una enorme pared y de las que podemos decir que en su conjunto son el
inmenso cementerio que albergó los cuerpos de la realeza castellana desde los
comienzos del siglo XIII hasta el XVI.
En la nave del lado del Evangelio
están los sepulcros de los infantes Fernando y Alfonso de la
Cerda y el de otros infantes de Castilla. En la nave central Alfonso VIII y
Leonor de Plantagenet. En la nave de la Epístola infantas de Castilla y
Abadesas, siempre nobles, del monasterio, presididas por la Gran Abadesa, Ana
María de Austria, hija del Emperador
Después de la iglesia visitamos los
dos claustros, muy bonitos del monasterio, la sala capitular, el museo de telas
medievales, la Capilla de Santiago con la imagen articulada del Apóstol que,
según parece, fue antes una Virgen Santa, también articulada.
.
Terminada la visita, entregados al
guía los auriculares, informados de la presencia en la clausura del Monasterio
de veinticinco monjas de clausura, en la tienda de la entrada, está gestionada
por Patrimonio, los viajeros compraron regalos para las santas, mujeres, hijas,
nueras y nietas, que les esperan en casa o les van a visitar al fin de
semana.
Continúa en VIAJE A BURGOS EN OCTUBRE DE 2019 III
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