La comida del jueves 14
de febrero de 2019 ha sido feliz y, porque es cierto que los días felices no
tienen historia, la comida de hoy, para bien, carece de historia…
Apenas una gavilla, más
que un manojo y menos que un haz, es el total de palabras, ideas, recuerdos,
hechos, pensamientos o expresiones que este Custodio ha conseguido guardar
durante unas horas en su memoria para dejar constancia ante nosotros mismos de
nuestra comida en este, por tantas cosas agitado, mes de febrero.
De la llegada lo más impactante:
con un sol precioso, un río de jóvenes señoras, hablando entre ellas y
circulando hacia alguna parte, poco a poco nos ha ido empujando hasta agolparnos
a todos junto a la barra de donde no nos hemos movido hasta que, ¡bendito sea! ha entrado Luis, con su primo Javier, sí, el gallego alto y guapo, conduciendo, para
asombro y alegría de todos, un
espectacular Ferrari.
La comida en la mesas buena, junto al ventanal, al principio, ya es rutina de los últimos
meses, dos, tres, cuatro, no lo sé, muchas veces, que si hay, que si no hay
entrecot, que hay ¿lenguado, sopa, lubina?, y eso sin que en la mesa haya
aparecido gota alguna algo que no fuera agua o vino: Gaspar, dedicado a sus goteras, guarda su aguardiente junto a su corazón, en
la cama; Santiago sigue bebiéndose, él
solo, en Jakarta, todo el elixir de palma; Santi dice que aún no ha recibido su medida anual de
ese alcohol centenario que tanto farda…y
Antonio, que sí, que el notario, que sí, la notaria, pero que del aguardiente
nada…
¿Conversaciones?
Muchas, por todas partes, tantas que solo ha sido posible conservar retazos,
incompletos casi todos y algunos sin sentido: Pedro que además de dar conferencias e ir a la Plaza Mayor ahora está
con los drones del campeonato de España mientras habla del campeonato del mundo en California; Eduardo,
por eso de las bodas de oro, lo hace de un crucero y de ir a Roma en este año;
Josemari trama que trama; el otro Pedro, el que después de muchos meses ha
conseguido regresar de California, comenta con José Luis temas del todo serios; alguien habla de
túneles y aparece el nombre de Melis;
Luis Fernando, que siempre piensa en Córdoba, pregunta por el viaje a Burgos, alguno que
sabe algo, calla y afirma que ahora
mismo, entre el Espolón y su casa, está Antonio gestionando…como bien se ve, se
habló de todo y de nada…
Sí, es cierto que al
final, entre las seis y las siete, algunos prolongamos la sobremesa recordando
la bolera de la calle Galileo, la burbuja en que vivíamos, el impacto que
sufrimos al visitar la católica Irlanda, la muy avanzada Suecia…en fin, como
siempre, todo bien.
Para terminar algunas
observaciones:
- Javier está muy ocupado, pero aún así continúa trabajando para preparar el ”proyecto libro” y, en cualquier momento, cuando tenga un momento libre, dirá algo.
- Si alguien viaja a Marbella, debe recordar que Fernando, además de estar allí, es un magnífico anfitrión que está deseando recibir visitas.
- Lorenzo, recobrada la salud, dice que vendrá pronto, una vez haya disfrutado del calorcito que hace en Florida.
- Los recalcitrantes, Javier, Asís y ahora también Tomás y Goyo que hace mucho no vienen, parece que están pensando en asistir a una comida no más tarde del final de diciembre de año 2020.
Nota:
Las fotografías de esta
entrada, ya se sabe con solo mirarlas, no son de Gaspar, una es de Antonio,
otra de Cesar y vete tu a saber quién
hizo el resto.
Magnifico.Entrañable.Gracias
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