En una luminosa
mañana de la primavera que termina, 13 conmilitones nos hemos reunido en el comedor
de verano del Club Mirasierra para celebrar juntos la comida del segundo jueves
del mes de junio de 2024.
Y, acaso
porque hoy es el día de San Antonio, la comida ha sido muy especial: la
incorporación al grupo de conmilitones de Ignacio Hernanz, ¡bienvenido!, y la
presencia de Eduardo que, para estar con todos, hoy ha renunciado a curar
niños y tranquilizar a sus madres, ha atenuado las forzadas ausencias de los Antonio,
¡solo ha estado presente el que en su día fue arquitecto y hoy es obispo, ¡felicidades
a los cuatro!, obligados a celebrar el día con hijos, nietos y santas; Josemari sujeto
por la nariz allá en El Puerto; Livinio en Santander; Fernando,
agravadas las goteras, en manos de eminentes fontaneros; Jorge que sigue prisionero en su celda; y del resto que ignoramos.
Y, qué decir
de lo hablado y discutido en la comida
de hoy? Son tantos los recuerdos del pasado y las
ideas del presente, que ni para la memoria de Gurri es posible retenerlos y,
menos todavía, para este custodio, redactarlos.
Sin embargo,
y pese a todo, porque hace unos días Jordán Diaz saltó 18,18, todos hemos vuelto
a disfrutar los 14 metros, el récord de España, (anulado por pisar dos centímetros
la raya), de Gurri hace más de 60 años. Claro que, porque sigue siendo un
atleta, hemos sabido que, al igual que César, el eterno viajero, hace pocas semanas, ha recorrido a la carrera casi todo el norte de
Italia.
Y claro, porque
Hispania, al igual que Italia, en un pasado no tan lejano, fue Roma, Pedro,
actualmente preparando nuevas conferencias, ¡es incansable!, sobre el movimiento
de tierras en las Médulas y el mucho oro de las incontables minas del noroeste
peninsular, hablando con la seguridad que le caracteriza, nos hizo partícipes
de la existencia de nuevas herramientas informáticas que van a permitir la
reconstrucción virtual de los paisajes prerromanos de la península ibérica y, con
ello, ratificar lo que de su gran pasado escribió hace casi 2000 años Plinio el Viejo.
En este
punto, Eduardo, porque la tecnología también está, y mucho, en la medicina, nos
habló de los avances en el desarrollo e implantación de nuevas prótesis, la
creación de nuevos fármacos y la prolongación, algunos no la deseamos, de la
vida.
Sí, es verdad,
y todos estamos de acuerdo, en que si durante las ocho décadas, el tiempo que
hemos vivido los conmilitones, la ciencia y la tecnología han progresado,
también es cierto que el mundo de hoy difiere por completo, en lo bueno y en lo
malo, del que existía cuando éramos niños.
Y, a título
de ejemplo, alguien con buena memoria, nos recordó que actualmente no son
nuestras hijas sino nuestros hijos, también bastantes de nosotros, ¡Ramiro!, quienes
se ocupan, nos ocupamos, de “ir a la compra” y “hacer la comida”, totalmente en
contra de la prohibición absoluta que, siguiendo el ejemplo de nuestras madres,
nos impusieron nuestras mujeres para impedirnos la entrada, ¡cocinillas!, en las cocinas, en
el pasado eran suyas, de nuestras casas.
Bien es
verdad que, en medio de la nostalgia que encierra hablar del pasado, los conmilitones, como niños de otro
tiempo, “devoramos” el queso de Gaspar, el embutido de Pedro y los hojaldres, rellenos
con cabello de ángel de Diego.
Más tarde,
porque ya están encima, se habló de vacaciones: Santander, San Sebastián, Marbella,
diversos lugares de Andalucía, la Castilla profunda, el norte y sur de Portugal,
Galicia, y hasta Madrid en agosto, son los destinos en que, van a recalar los
conmilitones de Areneros 61.
Y, hablando
de Galicia, Santiago, sigue abierto al
futuro, confirmó el éxito de las pruebas de su nueva tecnología para obtener
energía de las olas y de la posibilidad, mantiene la esperanza, de que en un
tiempo no lejano el mucho esfuerzo de ha invertido genere un buen rendimiento.
Por supuesto,
aunque se trataron más temas a lo largo de la comida y de la sobremesa, porque
la memoria del custodio ya flaquea, solo mencionar que se comentaron con algún detalle
los últimos conciertos en el Auditorio Nacional, Pedro el joven de eso lo sabe
todo; algo de las elecciones al Parlamento Europeo; y, finalmente, de los
progresos, pocos, de Gaspar y de las Altas Esferas en la elaboración del
segundo Libro del Colegio.
Y, sin más
que añadir a lo dicho, para terminar esta crónica, porque es de bien nacidos, este
custodio quiere agradecer las muchas atenciones que ha recibido durante su
ausencia y la cálida bienvenida de los presentes y también de los ausentes, al reintegrarse hoy,
gracias a las oraciones de todos y a un milagro
de la Virgen del Colegio, a la comida de los conmilitones de Areneros 61.
¡Mil gracias a todos!, os quiero mucho, compañeros de toda una vida.
Nota: las fotografías
de la comida y de las reuniones en la sala virtual de Fernando son, salvo alguna
de Pedro el joven, son de Gaspar.
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