sábado, 16 de diciembre de 2023

DE LA COMIDA DEL JUEVES 14 DE DICIEMBRE DE 2023


En un luminoso día del otoño que termina, 12 conmilitones nos hemos reunido, alrededor de una mesa redonda, en el comedor grande del Club Mirasierra, para celebrar, junto al cumpleaños de Eduardo, el final de un año áspero y, sobre todo, el estar reunidos en la comida del segundo jueves de diciembre del año 2023.

Y sí, no es baladí comenzar esta crónica poniendo de relieve que la comida de hoy, por la presencia de Livinio, está casi bien, los temas tratados y el ambiente general, ha sido muy especial.

 Por ello, sin más preámbulos, entramos en lo principal: apenas servido el segundo plato, luego de captar la atención de todos los comensales con golpes de cuchillo que casi rompieron la copa, y preguntar, a voz en grito, si alguno necesita pasar por “ese lugar oculto al que acude tanta gente donde el más cobarde hace fuerza y se caga el más valiente” que se espere y vaya más tarde”, Gaspar, con palabras tranquilas y, sin duda meditadas,  propuso la publicación, en 2024, 2025, o cuando sea, de una segunda parte del libro del colegio, Unas cuantas comidas y tres viajes, en la que se incluirían, además de crónicas de las comidas y de las “no comidas”, los obituarios, ya son muchos, de los conmilitones muertos, y, esto sería muy bueno, anécdotas del colegio, esas que tanto disfrutamos y se están perdiendo en el olvido.

Pues bien, inmediatamente después, un rosario de sucedidos, muchos ignorados, fueron apareciendo, sin pausa, todos seguidos:

En su primer día de clase, allá en 4º, José Luis, el ahora egregio catedrático, nada más sentarse en el pupitre, espantado, vio cómo su compañero, no dijo el nombre, trazando una línea en el centro, le advertía: ¡ni se te ocurra te pasarte de la raya!, y luego, mostrando el pincho de un compás abierto del todo, añadió: ¡y si te pasas te lo clavo!

Diego, luego de recordar su correr por los tránsitos y las visitas a lugares, compartió dos de sus más difíciles experiencias: la primera, de cómo en 2º o en 3º, en la lectura de notas escuchó con espanto, que tenía, nunca supo el por qué, un 0 en urbanidad; y la segunda, cómo en 5º escribió, en mayo, en clase de composición, una oración y, ¡que susto!, tuvo que leerla desde el altar, en la novena de mes de las flores.

Ramiro, en otra lectura de notas, en 3º o 4º, tras oír su nombre, escuchó algo así como: 10, 9, 9; 4,5,3,4, 4, 5; se quedó horrorizado, él que siempre había sacado al menos notable en todas las asignaturas, tratando de encontrar la forma de explicar a su padre lo inexplicable, hasta que, pasada una eternidad, llegó la rectificación del P. Prefecto que, por error, había leído las calificaciones del compañero que le seguía en la lista de la sección.

Y, del Custodio, ya entonces un poco rarito, que, también lo recuerda Ramiro, como un sofista, en 4º o 5º, demostraba primero la inexistencia y luego la existencia de Dios.

Gaspar contó cómo se hizo amigo, herido en la cara y con las gafas rotas por un balonazo, de Alberdi Lomba.

Livinio se lució; él, con Juan Tomás, estuvo dos semanas expulsado del colegio por presumir, delante de dos muy píos, por lo que habían visto, realmente nada de nada, asomados por la ventana del vestuario de las chicas en la piscina de su casa.

Y sí, hubo más anécdotas que ahora guardamos para incluirlas, con las que entre todos recordemos, ¡hay que escribirlas!, en el nuevo libro.

A lo anterior hay que añadir lo picante que estaba hoy el embutido de Pedro, el tesorero; lo que este nos dijo sobre sus próximas conferencias sobre monedas antiguas, riegos modernos y otras cosas, en muy dignos de auditorios ansiosos de saber. José Luis, el de las Altas Esferas expresó su esperanza, compartida por casi todos, en el éxito de Milei borrando el peronismo de Argentina, y la muy probable  extensión de las fórmulas de Bukele para hacer desaparecer el terror de los asesinatos en una América hastiada de la pobreza y la desesperanza que es el buenismo progresista. Gurri repartió chocolate, muy bueno, y papeletas, las mismas que todos los años, de su ONG, para la lotería de Navidad. Santiago, volvió a demostrar, explicando lo que está haciendo ahora, cómo el trabajo y la ilusión son el mejor medio para no envejecer. Gaspar, ¡es arquitecto!, cantó, con inmenso cariño,  casi todo el gran tomo de las tablas de logaritmos de Schron. Javier, el Gran Abuelo, luego de recalcar que para todos nosotros la verdad es la verdad y que en la cabeza de un hombre de bien no cabe la  mentira, todos estuvimos de acuerdo, hizo suyo el propósito de celebrar en enero una Misa, la dirá Jorge, por los conmilitones muertos.

Y, como siempre, hubo más en la comida de este segundo jueves, se comentaron las ventajas y limitaciones que tienen los audífonos, los usamos muchos, y, para no caerse, los bastones, que, por ahora llevamos pocos. Se hablo de los ausentes, Fernando volando; los Antonio ocupados en quehaceres urgentes, Josemari perdido obedeciendo, y el resto, cada uno en su sitio.

Bien, y para terminar esta crónica, ya demasiado larga, decir que la última comida el año 2023 termino con el deseo unánime, de todos y para todos, de 


FELICIDAD EN NOCHEBUENA, NAVIDAD Y SIEMPRE.


Nota: las fotografías, tanto las de la comida como las de las reuniones virtuales que se celebran todos los jueves con un gran y creciente éxito, son de Gaspar.













































































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