En un claro jueves de invierno, de esos que anuncian
cercana la primavera, junto al gran ventanal del comedor grande del Club
Mirasierra, nos hemos reunido 13 conmilitones para celebrar la comida del mes
de marzo de 2023.
Y, por si acaso, decirlo es relevante, contra lo que el
lunes, antes de ayer, anunciaba Josemari
Antes
morir
y
perecer
que
no ir
a
comer
y
discutir ,
sin
beber,
el
porvenir.
¡¡¡ Qué placer
el
poner a parir
a
cualquier
acabado
en ...reír !!!!
hoy ha sido un día de concordia, en el que nadie ha puesto a parir a nadie y en el que, durante toda la comida, incluida la sobremesa, ha reinado la paz.
Quizá por ello, y por la modestia propia de quienes hemos sido educados por los jesuitas, han sido vanos los intentos de Santiago y el custodio para hablar sobre La formación de selectos, comentar, reafirmar la actualidad de la obra del P. Ayala, y agradecerle el habernos educado como especiales. A fin de cuentas todos lo sabemos y, en estos tiempos en que prima lo vulgar, a pesar de nuestra edad, es mejor seguir tratando de influir, haciendo lo que hay que hacer, y callando cuando hay que callar.
Así, en
un ambiente de gran tranquilidad, Diego, el amigo sabio y bueno que, porque es
ya octogenario, ha invitado a todos a
comer, ha compartido sus conocimientos y sus vivencias en el seno de la preciosa
iglesia que es San Antonio de los Alemanes y en
la Hermandad del Refugio, que desde hace más de trescientos años sigue
fiel a su propósito de hacer el bien.
Y, en la misma
línea, aunque menos pío, Ramiro que de León sabe, tomó la palabra para explicar
y loar la tradición de las Cabezadas, esa
interminable batalla dialéctica entre munícipes y clérigos de la Basílica de
San Isidoro, que iniciada hace más de 800 años no parece pueda nunca terminar.
Más tarde,
fuera ya de lo popular y religioso, José Luis, ha venido, al igual que Antonio,
tarde, antes de marchar a Marbella, ha compartido con el grupo y contrastado
con Pedro el joven sus expectativas, no excesivas, sobre la próxima representación
de esa extraña zarzuela del siglo XVIII, que es La violación de Lucrecia. A continuación, evadiendo con elegancia todo comentario sobre la
situación del Real Madrid y, con notoria prudencia, las cuentas públicas del
Reino de España, José Luis, el gran maestro que aún es, bajó a tierra y, con algo
de misterio y cierta ceremonia, entregó
al otro José Luis, al de las Altas Esferas, una gran caja llena por completo de
bolas de golf. Y, más a más, no conforme con todo lo anterior, puso sobre la
mesa y en nuestros teléfonos, rescatándolas de sus archivos más antiguos,
varias fotografías de cuando, ¡lo fuimos!, éramos niños.
Y claro,
porque una cosa lleva a otra, Gaspar puso en manos de un encantado marido otras
antiguas fotografías en las que aparecía, jovencísima y preciosa, Almudena, la extraordinaria
señora que es la mujer de Gurri.
Como es
normal, los recuerdos del pasado, enseguida trajeron al presente las imágenes, de
los conmilitones ausentes, Fernando y
Pedro el tesorero, ambos goterosos, Jorge encerrado en Alcalá, Antonio en
Burgos… y las, tan queridas, de los
compañeros que están en el cielo, Pablo, Luis, Ricardo, Jesús, Naso, los dos Santiago, los dos
Javier, Lorenzo y Luis Fernando, esta con la anécdota del peculiar profesor
Vicente: - a la pizarra Lezo -, me llamo Luis Fernando Suarez de Lezo -; - a
la pizarra Luis Fernando Suarez de Lezo y Cruz Conde -: y, a esta orden,
saliendo a la pizarra, al mismo tiempo, los
dos primos, Suárez de Lezo y Cruz Conde.
Terminado el
disfrute de aquella anécdota y, para añadir regocijo a la situación, alguien,
el custodio no recuerda quién, con solemnidad, puso sobre la mesa una nueva y
capciosa pregunta: ¿Quiénes de vosotros pensáis ir al registro para convertiros
en mujer? Se hizo un gran silencio, durante mucho tiempo, doce segundos al
menos, nadie se atrevió a abrir la boca, hasta que, Antonio, vendiendo a su
amigo, habló: - ya sabéis, al que quiera, por si alguien lo necesita, le puedo
dar el teléfono de mi notario.
Y sí, hubo
más, muchas más cosas en la plácida comida de este segundo jueves de marzo; se
habló de la deslocalización de Ferrovial, de las fieras y enloquecidas manifestantes de ayer, de lo bien que estamos
juntos, del valor de la familia, de lo importante de la ilusión…pero esto son
temas que escapan al contenido de una crónica en la es importante conservar ese
bien tan descuidado hoy, que es el pudor.
Nota
Las
fotografías de la comida, como siempre, son de Gaspar; y las del colegio, como
antes dijimos, de José Luis.
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