En la terraza cubierta del Club Mirasierra, en un día agradable y luminoso, de esos en los que, para anunciar el otoño, las nubes, a ratos, se llevan y traen el sol, trece conmilitones nos hemos reunido para celebrar, con el segundo jueves, el comienzo del curso 2021 – 2022.
Y, como si nada hubiera cambiado, como si la pandemia no hubiera existido, como si nadie tuviera goteras, como si ninguno se hubiera marchado y estuviéramos todos, en la comida de hoy los conmilitones nos hemos sentido jóvenes, felices, alegres y plenos: compartimos en la mesa, junto al aguardiente Gil Armada, el dragón de Komodo, el bolígrafo pecaminoso y las viandas, bajo la sombra del Prelado, muchas y muy sabias palabras sobre las ondas hertzianas, la entrevista con el Papa y, ¡qué cosas¡, las bellas gitanas rumanas.
¡Ah, el custodio lo olvidaba!: el Libro, ¡sigue vivo!; y las notas de las veintenas y los coches de carreras; los nietos de todos y los treinta y siete del Gran Abuelo; el futuro el mundo, Entre águilas y dragones. El declinar de Occidente, Javier lució el Premio Espasa en la familia; lo de evitar toda usura, hasta la más elegante; los sellos de Pedro y lo bien que nuestro tesorero mueve los dineros.
Pero, también en la comida de hoy, ha estado el “pero”: a ratos, nubes de tristeza han sobrevolado la mesa, con la presencia viva de los conmilitones que están en el cielo: Ricardo, Juan María, Javier, los dos Santiago, Javier, José Luis, Naso, Jesús, Pablo, Luis, y el último, Javier, su funeral, será el viernes de la próxima semana, en la iglesia del colegio.
Y sí, hay que decirlo, en la comida de hoy, seguro, se ha hablado de otras muchas y nada secretas cosas, pero, el custodio no puede escribirlas, se han guardado en su, cada minuto mayor, rincón de los olvidos.
En resumen, en palabras de Diego, ¡tan sabio y certero!, en el segundo jueves del mes de septiembre de 2021, como siempre, ha sido “todo interesante, todo intranscendente, todo estupendo”
Notas:
1. Además de la comida en el Club Mirasierra, hoy, como todos los jueves, entre las doce y la una, la sala virtual de Fernando, controlador y padre, ha estado también concurrida y animada: Wagner, la música barroca y las mejores zarzuelas; las fotografías en papel y nuestras cámaras obsoletas; los que roban wifi por las mañanas; la envidia a los que tienen bellas gitanas; los obispos, los jesuitas y el Papa; lo que dice Ramiro, hoy escondido del viento, en la playa; los mamarrachos que persigue Gaspar, ese osado hidalgo castellano; las cosas del Padre Jorge y las de Lorenzo; la subida al cielo del hermano de Antonio y la de Dimo, el P. Díaz Moreno; el funeral de Javier el día 17 de septiembre en Areneros. En fin, también en el zoom una buena mañana.
2. La fotografía de hoy en el Club Mirasierra es de José Luis y las de la sala virtual, se nota, son de Gaspar
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