En
el precioso segundo jueves de este mes de marzo cuando, de verdad, mayea;
primero en la barra del Club Mirasierra veinte conmilitones no nos reunimos, asomados a la terraza, para disfrutar unas copas de vino blanco, unos
vasos de cerveza y algunas aceitunas;
tampoco nadie pudo beber el zumo de tomate que
la ocupada camarera siempre tiene
bajo el mostrador por si algún conmilitón lo pide para complacer a su médico y, especialmente, a su mujer.
La
comida pudo ser muy normal. En el comedor, en nuestra mesa, la grande, al lado
del ventanal, un camarero diligente: para empezar el aguardiente de Gaspar o de
Santiago, el chorizo de Valladolid o de
León, vino de Rioja y el menú de siempre: ensaladas, pollo de alguna manera,
acaso algo de pasta, algún pescado, carne y, muy posiblemente, aunque hace calor, cocido.
Hasta
el postre, flan, piña, helados y melón, la no comida fue, como siempre, un
placer: conversaciones múltiples y ruido un montón. Luego Josemari, en verso,
hizo gala de su preclara condición; Lorenzo, llegado de Egipto, nos explicó,
con detalle y pasión, lo malo que es el coronavirus y lo expuestos que
estamos los viejos, si no nos cuidamos, a que el bicho chino nos pare el corazón. Ramiro habló con voz muy
alta, Gaspar hasta gritó, el Custodio tomó notas y todo fue como siempre, o
mejor.
Pero
de este jueves de marzo de 2020 lo más importante han sido los veinte
conmilitones…
¿Veinte
conmilitones? ¿De dónde sacas Custodio los veinte conmilitones? ¿Es que el virus está comiéndote el cerebro?
Pues
no, empezando por José Luis, el que en el WhatsApp usa el seudónimo de Papá,
seguido inmediatamente por Lorenzo, ya sabéis cómo es el doctor, y casi en
enseguida por Javier, ¡estos abuelos!, con ellos ya son tres de los veinte no
asistentes que cuenta el Custodio; y eso que, desde el principio, desde que vieron la convocatoria de José Luis,
nos advirtieron del peligro que todos
tenemos de ser objeto de contagio por la
fuerza o la furia del indecente virus.
Gaspar
y Santi también lo tuvieron claro: con molestas
goteras advirtieron a todos que tenían
que quedarse en casa. Pero al uno porque hace mucho ruido y al otro porque en
lugar de hablar mira el correo electrónico, sonríe y, para alegrar los
días, manda y manda, el Custodio ha
colocado a los dos entre los veinte que
no se sentaron en la mesa y en la comida,
como es evidente, dijeron nada.
Pedro
el Joven con fiebre alta. Para él
Josemari tuvo, antes de eso, sí, de eso,
muy buenas palabras: tranqui Pedrito. El coñovirus no ataca a los
niños…. Aunque este jueves sigue en la cama, el Custodio lo apunta entre
los que no estuvieron en la comida para decir palabra.
Josemari,
Josemari, que sabiendo lo que iba a pasar
y porque es muy posible que
tengamos que rezar, y mucho, nos envió hace días en el WhatsApp la
preciosa oración, para algunos olvidada, del Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan grandiosa belleza,
a Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
míranos con compasión,
no nos dejes madre mía
y danos tu santa bendición
que la recibimos
en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
Amen.
Habernos
recordado, tan oportunamente, esta
preciosa oración, hace que el Custodio haya incluido a Josemari entre los veinte que no comimos el segundo
jueves de marzo en el Club Mirasierra…y eso que al principio dijo que sí, luego
insistió en que sí y al final que no, que no quería contagiar a alguien, a
algún compañero viejo y descuidado, con el coronavirus…
Y
Ramiro, tan valiente, que sí, que sí, que a mi no me da miedo…pero las doctas
palabras de Lorenzo, la fiebre alta de Pedro y un susurro al oído de una señora
que manda en su casa, hicieron que, aun estando ausente, el Custodio le cuente
como presente en la no comida de este jueves.
.
Al
otro Pedro, al tesorero, el Custodio le
cuenta porque ¡qué inconsciente!, se pensaba que por tener una silla de ruedas lujosa,
su señora, la señora, le había
dado permiso para ir a la comida, ¡falsa
Ilusión!, para recibir dinero de todos, contarlo varias veces y pagar la
cuenta.
El
décimo conmilitón que no asistió a la comida es ese, el Custodio no recuerda
quién, que se sabe el Bendita sea tu pureza con otra terminación a la que reza Josemari, esa que dice:
Bendita
sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía
Amén
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
alma, vida y corazón,
mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía
Amén
Santiago,
ese que desde que se ha afincado en Oriente reza a todas horas y piensa
quedarse en Indonesia hasta que pase el peligro, para el Custodio es presencia
relevante y, con su dragón, en la mesa todo un señor.
Los
tres Antonios lo han tenido claro, aunque no vendrán, el uno porque anda
persiguiendo a Mariano en las dehesas salmantinas, el otro porque esta semana
Burgos está muy lejos y el que queda porque se ha citado con el notario. Pero con estos tres ya tenemos desde el doce hasta el catorce de los conmilitones
que no se sentaron en la mesa del Club Mirasierra el segundo jueves de marzo de
2020.
Javier,
sigue distraído hablando urdú, ya conoce bien el canarés y ha comenzado a
manejarse en hindi… ¡qué gran conmilitón para que todos podamos lucir!
César
que del todo renovado ha regresado de sus mil viajes; Gurri que ha vuelto de Suiza con mucho, mucho
chocolate y Luis Fernando que necesita entrenar el cuerpo para asistir con
salud a la Cruz de Mayo, ¡qué tíos! empeñados en ocupar asientos en la mesa de
la no comida; son los conmilitones preferidos por el Custodio porque hasta la
última hora del día previo a la comida seguían firmes en su propósito de comer el segundo jueves de marzo de 2020 junto al
resto de los conmilitones…
Y, ¿qué decir de José Luis? Sus palabras en el
WhatsApp justifican del todo el por qué el Custodio ha sentado, presidiendo, en
la mesa de los no asistentes a la comida a esta, la más Alta de las Esferas. Esas,
sus palabras, las de José Luis, dicen,
lo estoy viendo compungido al escribir, así: Me rindo. He recibido tantas presiones
para suspender la comida de mañana que me he quedado sin argumentos para
mantenerla. ¡QUEDA APLAZADA SINE DIE!
Y
el Custodio hace el número 20 de los conmilitones que no nos sentamos en la
mesa del comedor del Club Mirasierra porque el coronavirus lo ha impedido. Por
primera vez en más de diez años, con
gran tristeza de todos, el segundo jueves del mes de marzo de 2020 los conmilitones de la
Promoción de Areneros 1961 no nos hemos reunido.
Y
eso sin contar las ausencias, que para el Custodio en este día son también
presencias: la de Fernando que, mucho mejor,
ya está en Marbella; la de Diego que dentro de cuatro días caminará sin
apoyos muy deprisa y las de todos los compañeros que en este día,
porque las cosas son como son, no nos hemos podido reunir para celebrar nuestra comida del segundo jueves de
cada mes.
Nota:
Sin
comida, de este jueves no hay fotografías.
Sin embargo el Custodio, que gusta lucirse, de entre las muchas que tiene
guardadas, ha elegido para ilustrar esta entrada una en la que está muy bien,
guapo y, sobre todo, por joven casi un
niño , hecha, por supuesto, por Gaspar.
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