El sol de primavera,
luego de unos días medio oscuros y casi lluviosos, este segundo jueves de
abril, acaso porque nos estaba esperando para celebrar nuestra comida, además
de cálido, ha sido radiante y luminoso.
Para empezar, nada más
llegar, junto al vino blanco, la cerveza y las aceitunas, al lado de la barra
del bar del Club Mirasierra, algo del todo especial: ha aparecido un nuevo
conmilitón; ese que cuando éramos niños era pequeñajo, usaba pantalones cortos
grises y llevaba puesta la mejor cazadora de cuero del colegio, sí ante
nosotros y con nosotros estaba Ramiro Blanch Cortés, el compañero que no solo ha venido por venir sino que lo
ha hecho para deshacer un error en que hemos vivido durante muchos años; pues
bien, lo diré sin más preámbulos: resulta que no, que Pedro, el que en las
precisas palabras de Ricardo posee la más
insultante juventud, no es quien tiene el cumpleaños más tardío de la
promoción; Ramiro, lo pone en su carnet de identidad, nació no ya en abril sino
en mayo, el día 5, de 1945…bien es verdad que, este custodio lo sabe bien,
aunque el DNI también puede mentir, mientras no se demuestre lo contrario Pedro
el joven, que sigue siendo joven, ha sido desbancado por Ramiro en el récord ser
el menos viejo de los conmilitones.
Y, a más de la sorpresa
que nos ha regalado Ramiro, decir que, sin
lugar a dudas, tenía razón José Luis cuando anunciaba en el WhatsApp y en el correo electrónico la importancia de
los temas a tratar en el día de hoy; son
tantas y tan relevantes las cuestiones abordadas, durante varias horas, por los
catorce comensales, sentados en la mesa que nos gusta, la que tiene la ventana
que da al jardín, que va a ser difícil
reflejarlos en el espacio que de una simple crónica en el blog…
El comienzo de la
comida ha estado marcado por dos hechos relevantes: primero la aparición sobre
la mesa de una botella que, con el
aguardiente del siglo XIX, cada año, entregan a Santi y él, con su gran
generosidad, regala a sus compañeros para acompañar, desde el primer plato, toda
la comida; y segundo, quizá por primera vez en bastantes años, la comanda fue
cosa de pocos instantes, casi sin darnos cuenta al camarero le quedó claro
cuántos platos de sopa, ensaladilla
rusa, pimientos rellenos, segundo de cocido, pechuga o bacalao a la romana,
había de poner sobre la mesa y en qué lugar…un auténtico milagro porque,
además, había todo lo ofertado en el
menú y alguna cosa más…

Ante la mirada, siempre
sonriente, de Antonio, Eduardo rememoró las veces que, cuando era un joven
ingeniero, como consecuencia de la corrupción entonces reinante, estuvo procesado y huído en varios estados mexicanos mientras Javier
se salvaba de lo mismo construyendo y vendiendo edificios mediante trueque para
la filial mexicana de la gran empresa española que abrió con quinientas mil pesetas de aquel entonces.
Antonio, partiendo de
su dilatada y profunda experiencia en el
trato con el notario y su profundo
conocimiento de lo que queda de la cultura de los indígenas originarios de América,
disertó extensamente sobre el sin sentido que es eso de que nuestro rey tenga que pedirles perdón cuando son ellos, los actuales americanos, quienes tendrían que
agradecer a sus antepasados españoles lo
que hicieron en el pasado porque gracias sus pretendidas ”maldades” ellos han nacido y, al mismo tiempo, perdonarlos también por haber cometido no pocas barbaridades, y
eso mientras dan gracias al rey de España por el afecto con que los
españoles de España pagamos el desamor de que hacen gala hacia nosotros no
pocos de nuestros primos americanos.
Gurri, en uno de esos
alardes que caracterizan a la mejor y más precisa memoria de la promoción,
además de reconocer, ha sido el único, a
Ramiro nada más verle, ha contestado que “ el P. Benito”, para aclarar las
dudas de alguien, acaso de Diego, que directamente le preguntó quién fue el muy
buen profesor que nos dio clase de Historia del Arte en 6º de Bachillerato.
¡Qué afortunados somos teniendo a Gurri que, además de traernos chocolate de
Suiza, sabe más de nosotros que el propio Google!
Se echa de menos a
Fernando Aldana que, aunque ha terminado las obras de su nueva casa en Marbella
sigue allí, ahora disfrutando allí del buen tiempo mientras se prepara para
venir a la comida del próximo mes de
mayo; y a Antonio, que desde Burgos ha marchado al sur sin tiempo para estar
hoy en la comida de abril; y a Lorenzo que nos explicará en mayo cómo es eso de
pasar un mes en Luxor trabajando con la misión arqueológica española en Egipto; también a Santiago que, con
tristeza y porque hay que hacer lo que hay que hacer, en lugar de explicarnos
con detalle sus últimas y apasionantes gestiones en Indonesia, está en Córdoba; a los ausentes
recalcitrantes, Javier, Asís, Tomás … y a Naso, a
Santi, a Ricardo, a José Luis y a Jesús que ya no están con nosotros.
Y, la aparición sobre
la mesa de un ejemplar de Las asíntotas
de Dios, el libro de Jesús Granell, ese libro que tanto dice de la gran personalidad y la
bondad de nuestro compañero, ha sido motivo para la reflexión de todos sobre el
valor y la importancia que tiene el
disponer de una, aunque sea pequeña, biografía del abuelo para que su memoria
no desaparezca de los miembros más jóvenes de la familia; resultado del
análisis realizado sobre el tema fue llegar
a la conclusión de que los conmilitones deberíamos pensar sobre lo que
ello puede significar y, en el mes de
mayo, volver a ponerlo sobre la mesa.
Más tarde, en el
momento álgido de la sobremesa, se pusieron en común tres temas relevantes que
estaban pendientes y que incluimos a
continuación: el viaje a Burgos frustrado el mes pasado, el libro proyectado
por Javier y la propuesta para cometer un gran delito del custodio.
Sobre el viaje a Burgos
todo quedó más que claro, en septiembre estaremos en Burgos uno, dos, tres, o
los que seamos; el tema ha quedado en manos de las Altas Esferas y estas han
determinado que ¡se acabó, ya está bien de excusas y dilaciones!
Sobre el libro de
Javier, decir que también todo ha quedado claro: el proyecto requiere, además
de reflexión, una especial dedicación que su promotor que, porque está
envuelto en una maraña de celebraciones múltiples, no puede afrontar al
menos hasta la llegada del próximo
otoño.
Sobre la comisión del
gran delito, han aparecido varias propuestas, la primera de Gaspar, consistente
en proclamar la independencia del Principado de Madrid, que con una sola frase
de Eduardo, “no vale la pena el esfuerzo
Gaspar, para que se produzca eso solo hay que esperar”, ha quedado descartada. La segunda, también
de Gaspar, es la recuperación de Gibraltar mediante un operativo instalado en
el Palacio
Torres Cabrera, que si bien fue muy aplaudida por Luis, no alcanzó votos
suficientes para pasar de simple idea a “operación en marcha”. Y aunque hubo
otras ideas de las que al menos dos
merecen mayor estudio, se acordó dejarlas
reposar para ser de nuevo pensadas y
repensadas, eso sí, bastante en secreto; y luego nuevamente analizadas en las comidas de mayo, junio, julio o agosto de este o del próximo año.
Que ¿qué más hubo en la comida de este
mes?, pues la realidad es que hubo más y más, pero para no cansar a los
conmilitones con una lectura más larga que, seguro, se les haría demasiado
tediosa, concluimos esta crónica con las fotografías de Gaspar en las que se
ve, porque es verdad, que en la reunión de abril lo hemos pasado muy bien, y dejamos lo demás para contarlo en otro momento
del allá.
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