martes, 13 de marzo de 2018

COMIDA DEL JUEVES 8 DE MARZO DE 2018



La tradicional comida del segundo jueves de marzo contó con la activa participación de 16 bravos Conmilitones. El día, contraviniendo, en parte, las predicciones de los expertos, se debatía a ratos entre la amenazante lluvia y un tibio sol que no conseguía abrirse paso entre las nubes.

La mesa instalada en el lugar adecuado de nuestro salón preferido, con el silencio que gusta a José Luís, el Custodio titular, y a todos los asistentes, contribuyó a que la velada resultase muy del agrado del respetable.

Sentidas ausencias de bastantes compañeros. Notables, por inhabituales, las de Josemari (el azote del notario y su entorno), los dos Santis, Javier E., y la del Custodio, propiciada ésta última por las fastidiosas goteras de salud, que dan guerra incluso a una edad tan jovialmente temprana como la nuestra. Recupérate en seguida José Luís.

Por el contrario también hubo celebrados reencuentros. Santiago G-C, al que sus prolongados viajes le impiden asistir regularmente, se dejó caer. De igual forma se agradeció, y mucho, el esfuerzo de Antonio L L al desplazarse desde Burgos para compartir tan agradable rato con todos nosotros. Especialmente, además, nos alegró la presencia del vate Luis Ester. 

Pero no nos anticipemos. Para el aperitivo previo, no se si porque el primero en llegar fue nuestro Marco Polo privado, el impenitente viajero Santiago, o por cualquier otra razón, el caso es que nos fuimos sentando alrededor de un par de mesas de la cafetería, en lugar de permanecer la mayoría de pie ante la barra.

Tal vez esta situación propició que “El viajero” nos ofreciera un cercano futuro onírico, lleno de oportunidades, si nos atreviésemos con alguna de la múltiples posibilidades lucrativas, que el incipiente desarrollo así como los atractivos de las paradisíacas islas de Indonesia, abren ante nuestros ojos. De alguna forma lo corroboran los negocios y actividades que Santiago lleva desarrollando en aquellas lejanas tierras y que justifican su estancia allí gran parte del año.

La comida como siempre bien, el vino estupendo. Esta vez se ocuparon de alegrarnos “las pajarillas” Santiago y Antonio Urive, obsequiándonos con dos aguardientes de altísimo nivel, blanco robusto el de “El viajero” y afrutado, de color roble y mas suave el del amigo del notario.

Antes de que llegaran los entrantes, Gaspar preguntando quienes de los presentes fueron “mediopensionistas” en Areneros nos llevó a aquellos años rememorando con voz pausada la bendición mesa de entonces de la siguiente forma:

- Bendícenos Señor y bendice estos dones que, de tu generosa mano, vamos a recibir.
- El Rey de la Gloria Eterna nos lleve a la Mesa Celestial. Amén.

Y al final de la comida se terminaba con las siguientes palabras:

- Te damos gracias Señor por todos tus beneficios.
- El Señor nos de su paz y la Vida Eterna. Amén.

Por su parte Luís Fernando, con nostalgia, pidió que leyéramos la fórmula que desde siempre, utilizaba su madre para el mismo fin:

-       Bendice Señor, con tu mano bienhechora, este pan que nos das aquí en el suelo
-        y haz que un día en torno a tu Mesa, como ahora, nos juntemos Señor allá en el Cielo. Amén.

Santiago se hizo eco, en aplicación de la sabia cultura asiática, de la respetabilidad y sabiduría que a estas alturas debemos gozar la mayoría de nosotros toda vez que el pelo de casi todos ha ido adquiriendo con el paso de los años el inevitable color gris ceniciento, casi blanco. Bueno, no es por nada pero….. Pedro “el niño”, Pedro “el montoro”, Antonio, etc., esto no va con vosotros, aunque no por ello se duda de vuestra respetabilidad y sabiduría, mas bien al contrario.

Las diversas conversaciones, cruzadas o no, fueron salpicando alegremente, hasta el final, el transcurso de la comida.

Después de la sobremesa no se formó, en uno de los salones de abajo, la tradicional mesa de mus. En esta ocasión, y creo que por primera vez, se formaron ¡¡dos mesas!!

Como la tarde continuaba cansinamente gris a ratos y los que no jugaban se habían ido marchando, al final nos despedimos pensando ya en el mes de abril.

P.A.
El Imaginaria habitual

A continuación, aquí van unas cuantas fotografías para dejar constancia, a quien quiera entenderlo, de cuanto se ha relatado más arriba.































 






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