domingo, 14 de enero de 2018



DE LA COMIDA DEL JUEVES 11 DE ENERO DE 2018

A veces, lo nunca previsto, llega. Y en la primera comida de 2018, ha llegado.

Todo hacía pensar, José Luis en la convocatoria lo había anunciado, que hoy era día importante, asuntos esenciales habían de ser tratados y la asistencia era casi obligada.

Pues no, la mesa, las mesas porque hubo dos, fuera de su lugar, en el otro comedor. Trece comensales apretados en una mesa pequeña junto a un ventanal cubierto a medias por cortinillas de madera que ocultaban  el  precioso sol de  invierno, y otros cuatro escondidos lejos, como si fueran extraños, en un  mesa de lo más normal. El ruido era tan  ensordecedor que no pocos comensales, para asombro de todos, durante mucho rato, salvo por señas, evitaron  hablar. Además, nuestra presencia, la de los diecisiete,   ha llenado de tal manera  este comedor que  hasta los ágiles  camareros han debido retorcerse para pasar entre las mesas sin caerse ni molestar.

Terrible de verdad: nadie, en la mesa de los trece,  ni los vates ni Gaspar, este Custodio no sabe si ha sido por el ruido o porque hoy  estábamos todos compartiendo la más dura astenia primaveral, estaba por hablar.  En la otra mesa, las cosas fueron de otra manera, Pedro el Joven, Fernando, Javier y Lorenzo, protegidos por los hados, para envidia de todos, se dedicaron a hablar y a hablar y a hablar…

Por fortuna, para bien,  quedaba  de diciembre, casi entera, una botella del buen aguardiente de Gaspar que,  abierta a la comanda, quedó  vacía mucho antes del final; la comida y el vino, a pesar del día, muy  bien, hasta algo mejor de lo habitual.

Ya cerca del postre, por fortuna, el comedor se comenzó a despejar  y, poco a poco, aunque inconexas y  alejadas del presente, se empezaron a escuchar sobre la mesa palabras aisladas y  hasta frases completas: …de eso no me acuerdo…pues estuvieron a punto de hacer un túnel…artritis…se enteró mi padre y, ya sabéis…pues Antonio ensayó dos días y al final, fatal…gastroenteritis…a mí también…de eso sabe Javier…cataratas…pudo ser en 3º…¡qué animal!... Santi, no está, cumplió 74 ayer…la próstata…el notario…no, no he tenido tiempo de rimar…ni golf, ni correr, como mucho mal comer y no hablar…¿sabes que …?

Las frases, ¡menos mal! enseguida  trocaron en animada conversación, los cuatro de la otra mesa se hicieron sitio en la general, Gurri sacó el chocolate y, ¡qué alegría!, la comida del 11 de enero, volvió a ser lo que siempre ha sido, deliciosamente normal.

Y, ¿sobre los asuntos esenciales, qué? Que no hubo tiempo para lo importante, que quedaron, no importa nada,  para otro día con más calma.

Para terminar, una advertencia: gran  parte de lo guapos que estamos en las fotografías de este día es fruto  de la mente y de las manos de Gaspar…













 








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