En un día luminoso, en la mesa que da al jardín, nos reunimos catorce conmilitones. Todo bien como siempre, salvo una excepción: La avisada ausencia de nuestros vates dejó para mayo el estreno de los nuevos versos que, lo sé de buena fuente, ellos nos tienen preparados.
Por lo demás, como los buenos días, cuando se repiten, no tiene historia, aquí termina lo que se puede contar de la comida del mes de abril de 2016.
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