A las dos de la tarde, en la terraza del Club Mirasierra, disfrutando de un día precioso, nos reunimos, poco a poco los asistentes a la última comida del año 2015.
Más o menos los mismos asistentes, faltaban algunos de los habituales, Josemari y los dos Luises, y acudieron otros, José Luis y Eduardo, aunque este solo estuvo un rato...
Dejar el sol ha sido un costoso sacrificio que, como siempre pasa, ha tenido frutos: una mesa, parta 18, cuadrada y bien puesta, vino de la Ribera del Duero; el cocido, soy garante, muy cerca de la perfección y el resto de los platos me dicen que muy bien.
Y, lo importante, el recuerdo sentido de los últimos que o nos han dejado:Naso, Abelardo, Ricardo, Juan María...
Un orujo gallego, casi de nuestros años, y un licor de guindas casero, Gaspar es hombre de aciertos, nos han consolado y dado pie a la conversación festiva, al disfrute de los éxitos y, al extremo, a las rimas del Torquemada Menguele que hoy ha llegado cargado de versos.
Ha sido tremendo: el Torque, irritado ha comenzado leyendo sus Nuevos retos
Aunque este reto dé
miedo,
ya que el verme
escayolado
me acojona,
con meterme en este
enredo
a mi edad, el pie
quebrado
no ilusiona.
Me lanzo como un valiente
a destrozar otros ritmos
de poesía,
de los que yo he estado
ausente,
porque nunca me ha
tentado
su armonía.
No me voy a extender
mucho
en algo que soy novato
e ignorante.
Mas si comienzo y lo
lucho,
podré salir en un rato
por delante.
Como ves ni puta idea
como tu preconizabas,
sabiamente,
mas estaré en la pelea
lentamente.
Y hasta aquí habremos
llegado,
sudando la gota gorda
cual Manrique,
tampoco estoy tan negado
para esta lucha sorda
por un pique.
Ahora haré una espinela
como quien se hace una
paja,
a escondidas,
que este asunto traerá
tela
y brillarán las navajas
¡ ¡¡ puta vida!!!.
Y, porque el mes pasado Luis Ester Butragueño le dijo algo serio, una Décima Espinela, siguió leyendo:
Si el modelo está obsoleto,
y el poeta mas caduco
que la polla de un eunuco,
tendré que aceptar el reto,
abandonando el soneto
adentrarme en la espinela.
En mi cabeza ya vuelan,
los ritmos de mil canciones.
Ya palpo las
emociones,
del viento atado a la vela.
Pienso que en esta cadencia,
me voy a encontrar a gusto,
ya me está pasando el susto,
y perdida la inocencia
estoy cobrando conciencia
de sus ritmos poderosos.
Un abismo proceloso,
se cierra bajo mi alma,
que placidez, cuanta calma,
que horizonte tan hermoso.
Que fantásticos ataques
a Noelle, a Mazarrasa,
y a todo aquel que se pasa
y al que desde el primer saque
va y nos cuenta sus achaques
y al que se ponga pesado,
aunque no me toque al lado.
En fin, al que me parezca.
Y a todo aquel que merezca
mi reproche envenenado.
Gracias Ester Butragueño
por tan oportuno toque.
¿ Como he vivido este enroque?,
este afán, este mal sueño,
que ya de mi no era dueño,
que mi dueño era el soneto,
desde ya le pongo el veto.
¿Cómo no me di ni cuenta
bien cumplidos los setenta,
que el soneto está obsoleto.
Y, no contento con eso, advirtiendo a todos, mirando a Pedro, aún siguió añadiendo una adicional estrofa que comienza diciendo: Nuestro sin par tesorero...
Más y prudentes copas, risas y sonrisas, aplausos, buenos deseos y, casi casi, concurso de "los mejores nietos".
Despedirnos este día ha sido entre áspero y y muy bueno, hemos vivido otro año y, aunque parezca otra cosa, los chicos de nuestra Promoción seguimos sin ser viejos.
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