viernes, 11 de abril de 2025

DE LA COMIDA DEL JUEVES 10 DE ABRIL DE 2025

 

En el soleado y luminoso segundo jueves del mes de abril de 2025, alrededor de la mesa redonda del comedor pequeño del Club Mirasierra, 11 conmilitones de Areneros 61 nos hemos reunido para celebrar nuestra comida mensual.

Y, quizá porque la entrada de la primavera alegra el ánimo e impulsa el deseo de vivir, el ambiente ha sido especialmente cálido, con una conversación rica y, ¡es sorprendente!, fluida; se ha tratado tantos y tan interesantes temas que, este custodio, pese a su proverbial habilidad para recordar y dejar constancia de lo acaecido, con alguna pena, pidiendo perdón, solamente puede incluir algunos de ellos.

Para comenzar, la enhorabuena de todos, de los presentes y de los ausentes, para Pedro el Joven por su cumpleaños de  hace ocho días y a Ramiro, que  cumplirá 80 el 5 de mayo; son el penúltimo y el último de los compañeros que hemos alcanzado, ¡sin mérito alguno!, tan avanzada edad.

A continuación, el repaso de las ausencias: Antonio, sigue en Burgos; el otro Antonio, el obispo, por ahí repartiendo bendiciones; Gaspar complotando; José Luis SFV ya en Marbella; Santiago, no se sabe dónde, negociando; Eduardo en su consulta y el otro Eduardo, reponiéndose, ¡menos mal!, de un buen susto.

Dentro de la revisión, es obligado mencionar a Fernando, nos ha regalado su presencia y su saber en la comida y ha recibido grandes elogios por haber retrasado su viaje de primavera a Marbella.

Más tarde, Josemari hizo el relato de algunos hechos olvidados del secuestro del padre de Antonio; todos lo escuchamos con una mezcla de tristeza, alegría y alivio por lo que pudo ser una gran tragedia.

Luego, alguien comentó la querella de Don Juan Carlos, ¡pese a quien pese un gran Rey!, contra el señor Revilla, pero, aunque todos esperamos quede en nada y se olvide pronto, no hubo oportunidad de entrar en el tema con profundidad; Pedro, el tesorero, alzó la voz, se empeñó y no hubo manera de impedirlo, en ensayar con nosotros  gran parte de la primera del ciclo de conferencias sobre 80, de los emperadores, incluida Irene,  del Imperio romanos de Oriente, que va a pronunciar, no se sabe todavía si en dos o veintidós  anfiteatros de la ahora intranquila Europa.

Y, hablando de Europa, se desató una oleada de comentarios sobre los aranceles del señor Trump. Diego nos ilustró sobre los efectos que estos pueden tener en el comercio mundial y respondió a no pocas de las preguntas que recibió sobre  las medidas que se pueden tomar como defensa, en Bruselas, Pekín y México y, sobre el papel, o papelón, en el escenario mundial, de nuestro doctor viajando en estos días a Vietnam y China.

Ah, ¡lo olvidaba!, sobre el doctor, por aquello de lo “cutre” que son algunos miembros de su familia y de sus más estrechos colaboradores, para hacer negocios y tener amantes, algo se habló.

Y, por aquello de que el doctor va a ir a China, que en China hay chinos y que los chinos trabajan mucho, ¡como chinos!, la conversación  cambió a lo que se trabaja en España, a lo indecente de los sueldos, a la cuantía de las pensiones y algunas más de esas cosas; pero, de este tema, por especialmente controvertido, el custodio prefiere, ¡todas las disculpas a las Altas Esferas!, no detallar. 

Y, para terminar, siempre pasa lo mismo, hubo más, mucho más, en esta estupenda comida del segundo jueves de abril de 2025, pero, salvo la invitación de Diego, agradecida por todos, para visitar, tan pronto se consolide el buen tiempo, sus lares en Segovia, porque la crónica es ya demasiado larga, lo dejamos en el olvido.

 

Nota: Las fotografías que ilustran esta entrada, con permiso de  Gaspar,  son de Pedro el Joven y de las Altas Esferas.