viernes, 14 de marzo de 2025

DE LA COMIDA DEL JUEVES 13 DE MARZO DE 2025


En un jueves obscuro, amenazando lluvia desde muy temprano, alrededor de la mesa redonda, junto al ventanal, en el comedor pequeño del Club Mirasierra, 12 conmilitones de Areneros 1961 nos hemos reunido para celebrar nuestra comida mensual.

El aperitivo rápido, antes de darnos cuenta ya estábamos, ¡todos!, sentados, con las servilletas puestas, preparados para empezar una comida, muy plácida, densa, y, ¡que extraño!, fluida.

Desde el comienzo, sin esperar la comanda, la conversación, ¡milagro!,  ha sido una: que si Trump, listo y matón de barrio, es muy bueno, solo bueno, malo, peor o pésimo.  

Con la llegada del primer plato y hasta la del segundo, se escucharon muy sentidos elogios de los escasos, ¡Josemari!, partidarios del Atlético de Madrid, al buen juego, deportividad y señorío del Real Madrid, que, ¡no es seguro!, agradaron en extremo a los ¿hijos, amigos, aficionados, creyentes, fanáticos, o lo que sean?, alguno había, de esta ¿secta, equipo, sociedad, religión, negocio, club, todo ello, o lo que sea?

Afortunadamente, antes de llegar el postre, Gaspar, para atenuar la tensión y evitar lágrimas, cambió de tema con un  chascarrillo, ¡hoy estaba sembrado!: Quevedo, ¡el muy deslenguado!, para mostrar y molestar  a Felipe IV su desacuerdo sobre el poder de las disculpas para lavar las ofensas, tras tocar las nalgas al rey, le soltó, agraviando aún más la ofensa, esta disculpa: “perdón, Señor, pensé que eran las de la reina”.

Y, ¡qué cosas!, el melón, las tartas y los helados, al llegar a la mesa, produjeron un gran cambio: el ritmo de la comida hasta ese momento vertiginoso tornó a tranquilo, sereno y pausado. Siete de los doce conmilitones ajustamos los audífonos y el resto, oyendo menos, y aguzaron los oídos, para escuchar el cúmulo de ideas, recuerdos y comentarios sobre nuevos temas, unos nuevos y otros revenidos aparecidos en la mesa: los pantanos, el agua y  la buena gestión del Canal; las experiencias de algunos como peritos o administradores judiciales; la “mili” de cuando nuestras mujeres eran, ya listas, jovencitas; el machismo ¡tremendo!, de hace unos, pocos,  años; las últimas noticias sobre la evolución, preocupante, de la salud de alguno de nuestros más queridos conmilitones.

Y luego,  el Proyecto Hail Mari, la novela de Andy Weir; el poder de los papas; la evolución de la Bolsa; los ilustres quintos abuelos de Diego; el Palacio de Riofrío, sede de la Orden de los Hidalgos de Castilla en Retorno a lo imposible, la novela del custodio; la historia y la belleza de Budapest. Y, el qué decir para dar respuesta a la pregunta, planteada por José Luis SFV, de los nietos, cuando, para repetirlo en el colegio, nos preguntan: ¿cómo era la vida en tiempos de Franco? Hubo un debate, largo y sereno, en el que al final todos estuvimos de acuerdo: aunque es difícil, hay que explicar ¡la verdad!, aun sabiendo que, al profundizar, ¡somos mayores!, es muy difícil evitar errores, al recordar y explicar del pasado lo que fue la verdad.

Y, en fin, para terminar, decir que Gurri trajo chocolate y que en la comida, plácida, densa y fluida de este marzo de 2025, hubo más cosas, muchas más, pero que, por aquello del espacio y la pereza nos permitimos olvidar.

 


Nota: las fotografías de la comida y las de las reuniones en la sala virtual, salvo alguna de Pedro el Joven, como siempre, son de Gaspar.



























































































viernes, 7 de marzo de 2025

EL DOCTOR DON VALENTÍN CORCES PANDO HA MUERTO


El pasado martes, 4 de marzo de 2025, ha muerto en Madrid el doctor don Valentín Corces Pando.

Valentín, nuestro compañero, ha dedicado toda su vida a conocer y profundizar en los misterios de la mente y, desde su actividad profesional, como uno de los más eminentes y creativos psiquiatras de nuestro tiempo, al cuidado de los enfermos y a la innovación en sus tratamientos.

Además, más allá de los importantes puestos que ha ocupado, de sus muchas publicaciones y de su gran labor como médico y profesor, Valentín ha sido, sobre todo, un hombre bueno, al servicio de los demás.

Por ello, en estos momentos tristes, sus compañeros del colegio imploramos  a la Virgen María, para Valentín, el descanso y  la felicidad eterna.

Sean estas palabras muestra de nuestro dolor y nuestras condolencias a sus hijos, Paula y Adrián, a quienes acompañamos en el sentimiento.