Escribe José Luis García Calleja
En un soleado y calentito día de julio coincidimos unos cuantos conmilitones en Mirasierra para celebrar nuestra comida del me
La llegada fue puntual. A las 14.15 nos apercibimos que los comensales íbamos a ser 3. Nunca había ocurrido una afluencia tan escasa. Recuerdo alguna con 4, con 6… siempre coincidente con el verano.
Pues tan ricamente. Ocupamos una mesa en la terraza, en la que habían instalado un sistema de aire acondicionado muy eficaz. Sustituía a los chorritos de vapor de agua fresca con los que otros años combatíamos la dura canícula. La mejora es muy notable y felicitamos al club Mirasierra.
Lamentamos la muerta de Fernando González – Camino Meade ocurrida el pasado 2 de julio y le enviamos un sentido hasta pronto.
Un ratito de aperitivo y unos picotazos al chorizo picante de León que traía Pedro O dieron paso al menú que cada uno había elegido.
Siendo tan pocos, nos saltamos todas las reglas no escritas que regían en nuestras comidas: se habló largamente de nuestros males y de los ajenos hasta acabar con el tema; de política ni os cuento, como era de esperar la coincidencia de ideología hizo que nos solazáramos largamente con las opiniones que cada uno exponía, todas ellas aplaudidas por los otros 2; de nietos, otro tema prohibido, se nos abrió el campo para que cada uno expusiera, la atención de los otros 2 estaba asegurada, lo listos guapos y divertidos que eran todos.
Antonio O, que si no recuerdo mal tiene ya 16 nietos, nos deleitó con las gracias de un buen puñado de ellos. Pedro O, que tiene algunos menos, hizo lo propio y yo mismo me ocupé de mi única y maravillosa nieta narrando algunas de sus hazañas; de los otros 6 también, pero menos.
Muy adelantada la comida, Pedro O, con fuerzas renovadas, nos dio unas lecciones de energía fotovoltaica. Actualmente tiene en curso 2 plantas que están a punto de instalarse.
Aprovechando el tema, Antonio O nos contó algunas cosas de gran interés de la planta que tiene en su finca de Torrecillas de la Tiesa (por otros conocida como Torrecillas de la Erecta) contratada con IBERDROLA y que en poco tiempo estará operativa.
Terminada la comida y todavía en la mesa nos fajamos con otros temas de gran interés: Pedro O con sus sellos y monedas y Antonio y yo con el golf que, por cierto, nos comprometimos a jugar después del verano en algún campo que nos sea propicio. Cualquier conmilitón que juegue está invitado y si no juega, también.
Y finalmente, satisfechos y felices, nos despedimos hasta nueva ocasión.
Nota: La fotografía (hizo 6 todas iguales) que adorna esta crónica fue hecha por Mariana, la jefa del tinglado restaurador.
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