domingo, 15 de enero de 2023

DE LA COMIDA DEL JUEVES 12 DE ENERO DE 2023

 

Escribe Gaspar Blein

 

SOBRE LAS DOS DE LA TARDE

En esta mañana fresca, soleada y agradablemente, 14 joviales “otoñales interesantes” de Areneros 61 estrenamos las comidas de 2023, como de costumbre, en el Club Mirasierra.


ASISTENCIAS Y AUSENCIAS

El breve aperitivo en la barra sirvió de pretexto para ir recibiendo a los comensales habituales, y a algunos de los esporádicos: Eduardo el ilustre pediatra, tan elegante; el otro Eduardo y Diego, restablecidos; César, que ha regresado del Bierzo; Santiago recuperando fuerzas para volver a Indonesia; a José Luís, el maestro de economía, preparado para las sabias aportaciones a debates que se anuncian.

En el aspecto negativo, hubo que lamentar significativas ausencias, todas ellas plenamente justificadas; la del Custodio, tratando de escapar de una inoportuna gotera invernal; las de los Antonios, el siempre risueño, el ocurrente amigo del notario y el de Burgos quien, finalmente,  no asistió, aún habiendo mostrado en un principio su intención de venir. Fernando, haciendo las américas, pues eso… en América. Javier el abuelo “de largo recorrido”, que diríamos en el tan de moda, aunque denostado, dialecto tertulianés, atendiendo sus múltiples ocupaciones. Y otros que la flaca memoria de quien esto relata va difuminando.

 

LA COMIDA 

Esta vez nos acomodaron en el comedor grande, aunque alejados de la gran cristalera con vistas al jardín, en torno a una mesa rectangular, que por su tamaño apenas permitió durante un rato una conversación común que se diluía en otras varias, localizadas casi en cada esquina. Todo transcurría apaciblemente y con poco ruido, al ser durante la mayor parte del tiempo los únicos ocupantes del comedor; pero el caso es que fue una comida de mucha enjundia por los asuntos que nos ocuparon.

 

EL MEOLLO

En un momento dado, logrando que se hiciera el silencio con un par de toques del cubierto en la copa, las “Altas Esferas” recomendaban vívamente releer nuestro libro “Unas cuantas comidas y tres viajes”, al hilo de lo cual recordó a quienes, por estas fechas, se fueron al Padre durante el año pasado; Luisfe y Lorenzo y al propio tiempo, no se si él o Santiago, su vecino de mesa, añoraba las diatribas poéticas de antaño y echaba de menos la aparición de nuevos vates que nos ilustraran e incentivaran a Josemari.

Eduardo, el médico, rápidamente recogió el guante y para animar al resto, citando a su colega, humanista, escritor, poeta y académico, José de Letamendi, se apresuró a recitar la poesía que dice:

 

Vida honesta y arreglada

usar de pocos remedios

y poner todos los medios

en no apurarse por nada.

La comida moderada;

ejercicio y diversión;

salir al campo algún rato;

poco encierro, mucho trato

y continua ocupación.

 

Fue sinceramente aplaudida con la esperanza de que algún valiente se anime a ponerse delante del papel y versificar, que temas y motivos hay para ello.

Diego, que, en la comida de diciembre, quiso invitar a todos a que se descorchasen un par de botellas de cava agradeciendo nuestro interés por su recuperación y cuya invitación, por decisión unánime, se aplazó hasta que pudiese participar él también con su presencia, dio las gracias a todos por el gesto y solicitó el cava para que se sirviese con los “cafeses” como así se hizo. Y, a continuación, una vez logrado el silencio del respetable, enlazando con su brillante ponencia económica de la comida de unos meses atrás, volvió a ilustrarnos con unas oportunas pinceladas sobre el significado de la “prima de riesgo”.

A partir de aquí el debate fue intenso. Josemari recordó anécdotas y circunstancias vividas muy de cerca con motivo de una conocida expropiación acaecida hace ya largo tiempo, la venta de unos famosos almacenes y muchas otras cosas, relacionadas con ella y con la actualidad económica y política de aquel entonces. Fue muy interesante, y sobre todo instructivo, escuchar los relatos de dos agentes muy cercanos de aquellos acontecimientos como fueron Diego y José Luis, el experto en economía. Intervinieron prácticamente todos: el otro José Luis, Pedro el joven y Pedro el ecónomo casi exaltado, Javier, Santiago, César, Gurri, Ramiro, Eduardo…

Hubo más cosas claro, pero no se van a desvelar, sería imprudente y poco elegante. El camino está abierto para nuevos, o viejos, temas de discusión en próximas comidas.

La tarde aun no languidecía, pero no habiendo partida de mus ni pequeñas tertulias parciales ninguno quiso esperar a que las sombras de la noche se fuesen dejando caer, así que como rezaba aquel antiguo cuento de nuestra infancia: “…a casita mondo y liso, lo mismo que a Adán y Eva nos echan del paraíso” 

Poco a poco fuimos tomando el camino hacia nuestros coches con la certeza de que la comida de febrero será tan interesante, al menos, como la de hoy.


El Gaspi, imaginaria de turno.

Nota: Las fotos, con la inestimable ayuda de Pedro El Joven, son de quien esto escribe.






















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