viernes, 9 de abril de 2021

DE LA “NO COMIDA” DEL DÍA 8 DE ABRIL DE 2021

 

Escribe Gaspar

El recoleto salón imaginario, con sus veladores y todo, en el que se reúnen cada jueves los  conmilitones que tienen a bien asomarse y que una vez al mes, hoy, sirve de “refectorio” para las ya archifamosos comidas virtuales, ha estado a la sazón suficientemente concurrido. El número de participantes, once, aunque a priori pueda parecer bajo, en realidad no lo es, porque dada la valía de los mismos siempre es el adecuado.

La mañana, en principio tristona y gris, intentaba parecerse a algunas de las que en parecidas fechas, más de un año desde entonces, nos reuníamos en el Club Mirasierra, alrededor de la mesa junto al gran ventanal del comedor. Lo recordamos ahora con nostalgia y sobre todo con muchas ganas de retomar la tradición. Aunque para lo cual sería necesario, asqueroso bicho aparte, que desde el puente de mando unos cuantos sujetos (y no digo sujetas porque, además de no soportarlo, me suena a agujetas) de infausto nombre, en algún momento de inspiración dejasen en su madriguera o cueva o lo que sea, que les sirva de morada, la infinita maldad de la que están poseídos y actuando sensatamente, al menos por una vez, hicieran algo que ayudase a vislumbrar algo de luz al final del túnel. De ilusión también se vive.

Como es lógico desde que las comidas son virtuales, las diversas conversaciones se tornan en una sola, aunque a veces casi haya que pedir “la vez” para intervenir. En esta ocasión nuestro Preste particular, Jorge, no necesitó hacerlo, pues apenas dejó oír su voz, limitándose a escuchar las casi siempre sabias palabras del resto. Por ejemplo, la amplia diatriba sobre las vacunas, modelos, fechas y lugares en que nos las pondrán. Moderó Fernando, con interesantes opiniones de Lorenzo,  que aprovechó para repartir consejos a Pedro el joven sobre piel, así como su docta opinión sobre algunos parámetros de las analíticas que dejaron a Josemari bastante tranquilo.

Con general sorpresa, rayana en la incredulidad, nos enteramos de que el otro Pedro, nuestro sin par tesorero, ha dejado de lado el mundo de los drones y se dedica a otros menesteres, entre otras cosas a su ancestral y conocida afición por la filatelia, que dicho sea de paso no tiene nada que ver con la halterofilia.

No faltaron las insinuaciones maliciosas acerca del despacho de Antonio, ni de la pretendida presencia desde la playa, con palmeras y todo, de Ramiro y, claro, el recordatorio de las Altas Esferas (Jose Luís) de la dirección de su oficina, en Hilarión Eslava,  para que no se nos olvide recoger los correspondientes ejemplares del Libro, previo pago de su importe salvo que el amo de los dineros considere otra cosa.

Josemari nos recordó las reuniones con el malogrado maestro de poetas, Ricardo M. Lucas, volviendo a recitar la poesía que le dedicó un día, titulada “Tristísimo y pesado Torquemada”, publicada en nuestro famoso librito. Y aunque se acusó la anunciada ausencia del Custodio, por rutinaria revisión de goteras, Antonio Urive se encargó, como siempre, de animar el cotarro con su proverbial ingenio. Por lo demás, otras historias e ingeniosos chascarrillos se dieron cita a lo largo de la velada, pero eso queda otra ocasión. 

Quien esto suscribe volvió a poner en marcha su cámara para inmortalizar el evento.  

El imaginaria habitual GBS.

 

Nota

Además de las fotografías de la “no comida” del 8 de abril, se incluye las tomadas para la contraportada, (solo se usó una de ellas), de “El Libro”, la portada del mismo y el cartel con el que Josemari, anuncia la producción, muy próxima de  TELEALDANA.






















 

 

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