jueves, 20 de agosto de 2020

DE LAS COMIDAS, LA VIRTUAL Y LA ESPECIAL, LA DE VERDAD, DEL JUEVES 20 DE AGOSTO DE 2020

Hoy, en plena pandemia y a la espera de la tragedia anunciada, los conmiltones, carpe diem, han celebrado dos magníficas comidas que, por su importancia, merecen ser  conocidas y entrar, con espacio propio, en las crónicas del blog Areneros 1961.

La primera comida, convocada por Fernando, para ser virtual, ha sido larga; ha comenzado justo a mediodía y ha terminado a la una y media de la tarde, momento en el que comenzaba la segunda, la especial, la que ha sido presencial.

Junto a Fernando, estaba en Marbella, han participado otros cinco o seis  conmilitones: los dos Antonios, el amigo del notario desde su casa y, desde un sillón colocado delante de un decorado lujuriosamente tropical, el señor de la eterna sonrisa; Ramiro, muy cansado de tomar el sol, negro como un tito, sentado en su cuarto de estar y el Custodio, este  aún no sabe si ha oído algo (ha perdido los audífonos), o se ha imaginado lo que ha dicho  el resto de los asistentes, incluido el ínclito discípulo predilecto del P. Sanz Escorial que, por cierto,  ha estado sembrado cuando ha comunicado, con voz emocionada, la llegada al mundo de su nuevo nieto; y, para terminar, Eduardo, ese que se cartea con Monseñor que, para no dejar lugar a ninguna duda, puso a su mujer  por testigo de la intimidad que le une con nuestro Prelado.

De lo tratado en la comida hay poco que cualquiera no pueda imaginar: lo muy peligrosa que es, para los viejos, la pandemia; el riesgo que, en consecuencia,  tienen algunos conmilitones de quedar  confinados, sin salir de casa durante años y años; lo buenos que son casi todos juegando al golf; lo bien que se come en todas partes; lo poco agraciados y más bien feos, que son los miembros del gobierno.

Y, para terminar con la comida virtual, decir que el tema estrella, el que  ha sido tratado con mayor  profundidad, ha sido la lista de los conmilitones que asistirán, hay apuestas, ¡son unos imprudentes!, a la comida presencial del segundo jueves de septiembre.

En cuanto a la segunda comida, la especial, la presencial, la de verdad,  ha comenzado a la una y media de la tarde y a la hora en que se redacta esta crónica, las ocho de la tarde, no ha terminado.

¿El lugar?:  Esa  preciosa  casa que Antonio tiene en  Asturias, en medio de un prado,  en la  parroquia de Santiago del Monte,  concejo de Castrillón,  y a la que nos invita, hasta ahora sin resultado, cada vez que acude a las comidas del Club Mirasierra.

¿Los asistentes?:El anfitrión, Antonio; el Gurri, ¡mira que es imprudente el Gurri, media España en tres semanas! (seguro que ha malgastando toneladas de chocolate suizo)  y, gratísima sorpresa, también ha estado Tomás  Crooke Gorría. Y, ¡hasta en esto la comida de este jueves ha sido excepcional!, los tres conmilitones han estado acompañados por tres jovencitas que bien podrían ser sus hijas.

¿La comida?: un magnífico aperitivo, increíbles fabes con almejas de la cocina personal de Antonio y una variedad de postres asturianos que, para evitar envidias, mejor es no detallar. Sobre las bebidas, a más de la sidra, los buenos vinos, aguardientes y esas cosas, no hay palabras para loar tanta maravilla.

¿La conversación? Pues en eso no entramos, no hace falta, aunque en parte atenuada por la presencia de las tres encantadoras jovencitas, ha sido sustancialmente la misma que se ha desplegado en la comida virtual de la mañana y en las presenciales que durante ya muchos años se han celebrado y, esperemos, seguiremos celebrando, los segundos jueves de cada mes en el club Mirasierra.

En fin, una deliciosa comida a la que a todos los conmilitones hubiéramos querido asistir y por la que felicitamos de corazón a nuestros queridos compañeros Antonio, Tomás y Gurrí.


Notas

  • De la comida virtual, porque no estaba Gaspar y el Custodio lo ha olvidado, no hay fotografías pero, para compensar, tenemos algunas de la comida presencial.
  • Para la redacción de la parte relativa a la comida "de verdad", el Custodio ha utilizado el relato, cuidadoso y fiel, de Gurri.

     

     

     



     

lunes, 17 de agosto de 2020

DE LA COMIDA DEL 13 DE AGOSTO DE 2020

Escribe Diego García -  Loygorri

A pesar de las dificultades del momento cuatro conmilitones llevaron el espíritu de Areneros a la mensual reunión. Diego llegó el último pero lleno de deseo conmilitón tras varios meses de ausencia, por su operación de rodilla y el correspondiente confinamiento. Allí lo recibieron José Luis, Eduardo y Ramiro que, valientes o inconscientes, desafiaron las iras del virus.

Pero no estaban solos. Presidiendo la mesa estaba el espíritu de todos los que no pudisteis o no quisisteis asistir por siempre buenas razones. También el de los que nos han dejado pues viven entre nosotros.

Tras la correspondiente información sobre nuestra salud y la de nuestras familias llegó un breve turno de comentarios políticos, afortunadamente breves. Las alabanzas al gobierno fueron escasas.

Y allí cuatro jóvenes septuagenarios alegraron la mesa con anécdotas, comentarios y multitud de recuerdos de antaño.  Recuerdos de los momentos buenos y de aquellos en que nos hicieron pasar malos ratos pero que hoy los traemos a la memoria con una sonrisa en la cara y otra en el alma.

El P. Flores, el P. Martínez “bonzo”, el inefable Sanz Escorial y algún paisano más fueron traídos a colación con general jolgorio. Se me olvidó recordar al P. Garrido en Preu, cuyos chistes sin gracia alguna festejábamos con las más estruendosas carcajadas. En la próxima ocasión será.

Dado que a nuestra avanzada edad tenemos que cuidarnos y procurar no ensanchar el cinturón, tres de los concurrentes optaron por un menú suave de ensalada y pescado a la plancha. Pero Ramiro, en plenitud de facultades, se zampó un gran plato de paella y a continuación atacó con decisión un enorme trozo de secreto ibérico con abundancia de patatas fritas. Todo un ejemplo de hombría de bien.

El buen tiempo, el vino, la comida y, sobre todo la compañía nos hicieron disfrutar  una vez más del hecho de seguir compartiendo la vida que, tantos años atrás vivimos juntos.

A los postres José Luis tomó el relevo de Oñorbe en la función de recaudador de alcabalas y contribuciones con las que pagar la cuenta. Pero, con gran habilidad, tras recaudar los dineros de los otros tres, trató sin disimulo de preparar su fuga sin pagar su parte. Su aviesa intención fue inmediatamente abortada por Diego y los demás, como no podía ser de otra manera. Pero que conste en los anales.

El remate del día fue la expresión del deseo de que nos respete el virus y que pronto podamos todos volver a reunirnos sin las dificultades actuales.

Diego fue designado para redactar estas líneas.

Gracias por haberlas leído y que Mingo me perdone.

 

 Nota

Las fotografías de los asistentes a esta comida son de Gaspar y han salido del archivo, inmenso, del blog.