José Luis, nuestro
mensajero, nos convocó recordando
con Samaniego que:
Micifuz
y Zapirón
se
comieron un capón
en un asador metido.
Después de haberle lamido
Trataron en conferencia
Si
obrarían con prudencia
En comerse el asador.
-¿Le
comieron?. – No señor,
Era caso de conciencia-
Hoy la comida,
celebrada en un ambiente especialmente cordial, ha estado presidida por la memoria de Ricardo Martín Lucas, nuestro
compañero que sigue con nosotros aunque
el martes murió para subir al Cielo.
Los dos Santiagos presentes, el tercero sigue perdido en El
Sur, no se dirá cómo, recabaron y mantuvieron con gran inspiración, por tres veces
la atención de los conmilitones durante muchos minutos seguidos, al principio,
en el medio y al final de la comida.
Todo estuvo tan bien que
cuando se terminaron los lenguados, flan y el
melón, nadie se quejó, y solo cuando se
acabaron los aguardientes, primero era muy bueno,
se produjo casi un dramón.
Claro
que no todo fue evasión, cierto que no, Gaspar Blein Sánchez de León nos llamó
al orden, recabó silencio, nos recogió y
así habló:
“Cuando la pena nos alcanza por un hermano
perdido. Cuando el adiós dolorido busca en la Fe su Esperanza. En Tu palabra
confiamos, con la certeza que Tú ya le has devuelto a la vida, ya le has
llevado a la Luz ya le has devuelto a la vida, ya le has llevado a la Luz.”
Y dirigiéndose a
Ricardo, prosiguió:”Ricardo, tengo la certeza que desde el Cielo, con tu mano
llena de poesía vas a escribir y a dedicarnos los mejores versos, sean sonetos
u otras rimas.
Me he quedado con las
ganas de oírte la continuación de los “Estatutos de la Fundación sin ánimo de
hurto”; pero no dudo que vas a inspirar a Josemari y a Pedro Noelle para que sean ellos quienes continúen con tan
bonita labor. No te olvides de llevar también de la mano a Luis Ester, Carlos
Fernández-Prida, José Luís Mingo y a cualquier otro poeta que se anime.
Por cierto, ahora que
he mencionado a Pedro Noelle, la propuesta que desde Allí Arriba me has hecho
llegar (o al menos así lo he interpretado yo) para que perdonemos su
escandalosa juventud y rehabilitándole vuelva a formar parte de pleno derecho
de los “Conmilitones de Areneros 1961” te prometo que va a ser aprobada por
aclamación. Ni él ni tú os merecéis otra cosa.
Desde aquí recordamos
con nostalgia tu protagonismo con los equipos de balonmano y atletismo de
Areneros de aquellos años. Supongo que ambas actividades celestiales te dejarán tiempo suficiente para
la poesía y la música. Los Conmilitones lo vamos a echar de menos. Tampoco me
puedo olvidar de las múltiples anécdotas que salpicaron tu brillante quehacer
profesional por Sudamérica, Portugal y otros pagos.
Ricardo, amigo, siempre
conservaremos para ti un lugar preeminente en nuestros corazones. ¡Ah! Y cuando
veas a Pablo Satrústegui, a José Luis Sanz Garnica, a Juan Mª Arenas, a Jesús
Granell o a cualquier otro conmilitón, no os olvidéis de velar por nosotros.
Descansa en paz.”
Y ahora para cerrar la
crónica de la comida de ayer, el Custodio está obligado a decir que, acaso por
la tristeza de la pérdida tan reciente de Ricardo, las cercanas de tantos compañeros y el afecto que nos une, la reunión de este segundo jueves ha sido, una
vez más, extraordinaria.
Nota:
Fueron tantos, tan valiosos y tan secretos,
los recuerdos que se pusieron sobre la mesa que, para evitar problemas, los conmilitones
presentes, salvo el que esto escribe, se comprometieron a
guardar silencio.
Pedro, Santi, Gaspar y Gurri
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