Al lado del
gran ventanal, mientras caían las primeras aguas del otoño, en el delicioso
ambiente del Club Mirasierra, doce
conmilitones nos hemos reunido para celebrar el segundo jueves del mes de
octubre de 2016.
A pesar de las
ausencias, algunas para bien y todas justificadas, la comida fue estupenda, la
conversación placentera, volvieron a estar presentes las gratas
anécdotas del pasado y los
chascarrillos de siempre, estos con alguna novedad: hemos descubierto que, en
nosotros, la lujuria se ha convertido en añoranza y nuestros malos pensamientos, todo nos parece
caro, se acercan al feo pecado de avaricia…
Por lo
demás, decir que el aguardiente de
Gaspar, ha traído otro magnífico, se bebe mejor que el agua, que hemos
felicitado a Pedro Noelle, el joven, porque ha sido abuelo y para estar
presente en el evento se ha ido ¡al extranjero!, también hemos hablado con dos
de los ausentes que ya están casi bien y
descansando de las palizas que
les han dado, dicen que para curarlos, en el hospital.
Luego, nos hemos prometido volver a la sanísima
costumbre de, casi la hemos perdido, pasado el aperitivo y una vez sentados a
comer, dejar de tener nietos, no hablar de enfermedades, olvidar la avaricia,
recuperar la próstata, llamar y gozar la
gula y hacer planes interesantes, incluso para celebrar el
75 aniversario de nuestra salida del colegio.
Y, consecuentes
con lo anterior, hemos dedicado un buen rato a pensar en cuándo y cómo será la
visita que tenemos pendiente a El
Recodo, la bodega de Esguevillas de
Esgueva donde, además de buen vino, se hace honor a Blas de Lezo.
Para los
ausentes, a continuación ofrecemos una
fotografía, tomada por José Luis García Calleja, en la que bien se
aprecia lo guapos y jóvenes que están, de izquierda a derecha (para que los
reconozcáis), José Luis Mingo, Gaspar Blein, Lorenzo Espiga, Javier Herrero y
Pedro Oñorbe.
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