El
treinta de julio cumplí setenta
No lo
puedo negar, soy un anciano
de andares lentos y de pelo cano,
de
olvidos que ya ni caigo en cuenta.
En mi
casa trabajos de intendencia,
De mis
nietos, el chofer siempre a mano.
Con la
bolsa, al super más cercano
a lo
que pida o exija la parienta.
Un año
a nuestra edad es un mazazo.
Y aquí
hay un chavalín que muy ladino
no cumple
nuestros años en su plazo.
Propongo
su expulsión con un abrazo
chocando
nuestras copas de mal vino
a la
salud del joven cabronazo
Ricardo
Martín Lucas
Octubre
de 2014
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