martes, 16 de enero de 2024

DE LA COMIDA DEL JUEVES 11 DE ENERO DE 2024


Pues sí, los mismos niños, 14 conmilitones de Areneros 1961, que en enero de 1954, hace 70 años, en Ingreso de Bachillerato, desfilábamos en filas por los tránsitos y corríamos por los patios del colegio, sabíamos ya el catecismo, leíamos en voz alta, escribimos con plumilla, hacíamos quebrados,  y algunos, bastantes, creíamos en los Reyes Magos; hoy sentados en una mesa, larga y estrecha del comedor pequeño del Club  Mirasierra, en un día frío y luminoso, de auténtico invierno, nos hemos reunido para celebrar, nuestra primera comida de 2024, el año en que casi todos nos convertiremos en octogenarios.

Y claro, hoy, lo primero que todos hemos hecho, por un día olvidadas las goteras, ha sido contarnos y hasta enseñarnos, unos a otros, los regalos que, porque creemos en ellos, nos han traído los Reyes Magos: no ya, ¡qué pena!, balones o mecanos, sino camisas, pantalones, algunos sombreros y, a varios, bastones.

Más tarde, aunque durante toda la comida se ha mantenido la alegría por la visita de los Reyes Magos, se ha hablado de otros temas, algunos interesantes: del libro Dios, la ciencia, las pruebas, que poco a poco muchos estamos leyendo; del precio de los cereales en las bolsas de Paris y de Chicago, de esto Antonio, que ha venido de Burgos, lo sabe todo; de lo difícil que es llevar adelante, como hace Santiago, cualquier proyecto que valga la pena; del cómo se libró Gurri, hace unos meses, de ser estafado; del concurso que va a organizar, Josemari, para ganarlo, de “cabezas grandes”; de las series, en televisión, sobre Arsenio Lupin, tuvimos un profesor con este apodo, o el Imperio Otomano, que recomendó, él sabe, César; las comidas, de casi todos, en el Vallés; el sin sentido que es elegir y aceptar como líderes a ignorantes ambiciosos y charlatanes mediocres, como desde Trafalgar y mucho antes, hacemos, para nuestra vergüenza, en las Españas.

Bueno, no hay que ocultarlo, también se intercambiaron recetas de cocina; algunas anécdotas, ninguna nueva, del colegio y se dedicaron cuatro minutos al Opus Dei, qué, por sus peculiares actuaciones y relaciones con los papas, fue objeto de las afectuosas críticas de dos o tres conmilitones, de los píos y de los muy píos.

Y, para terminar la crónica de la comida del segundo jueves de enero de 2024, un ruego a todos los conmilitones, a los presentes y a los ausentes: por favor, responded, ¡ya!, a la petición de Gaspar, de no hacerlo las Altas Esferas se pueden molestar, y poned por escrito, aunque sea a lápiz, una anécdota del colegio, para incorporar al segundo Libro que, antes o después, esperamos publicar.


Nota: las fotografías, tanto las de la comida como las de las reuniones en el zoom, son de Gaspar.